sábado, enero 28, 2012

La empleada de Gasalla y la implicancia negociada.

 A lo largo del siglo XX los estudiosos han observado el desarrollo paralelo y la creciente semejanza entre las estructuras insitucionales de las corporaciones y las de las agencias del Estado , y como cada vez las empresas se han insertado mas sólidamente en la sinstituciones públicas (Negri y Hardt multitud).

Antonio Gasalla es para mi un excelente actor.

Según dicen los que conocen los pormenores de la actuación es siempre mucho mas dífícil en la composición de un personaje la "actitud corporal " que el manejo de la voz.

Gasalla ha compuesto muchos personajes emblemáticos, casi todos femeninos, apelando al grotesco con singular maestría.

Algunos de esos personajes son o han sido utilizado por el actor para realizar reportajes a personaa conocidas a la manera de "gags" humorísticos.

Uno observa que Gasalla improvisa con esos personajes ante situaciones inesperadas cuando realiza esas famosas notas y jamás se "tienta" ni abandona su actitud corporal.

Uno de los mas célebres de esos personajes, es la empleada pública, que ha sido maliciosamente utlizada para caracterizaciones gorilas desoyendo las explicaciones que diera el propio actor en mas de una  oportunidad.

Sucede que desde el momento en que la dictadura y Martínez de Hoz deretaron que "achicar el Estado es agrandar la Nación" el Estado se encontró con "reformadores" de distinto pelaje que siempre apelaron al "Consenso de Washington" para echar por "Gasallas" a empleados que ingresaron en gestiones anteriores e incoporar a los de su preferencia, hasta que una nueva gestión con "espíritu fundacional",, también afectada por el "síndrome de Juan de Garay" , echaba a parte de esos empleados con los mismos argumentos e incoorporaba a nuevos "civilizadores".

Lo cierto es que ésto ha creado toda una mitología en el folclore popular, que se nutre de falacias, de lugares comunes aprendidos en programas de TV como los de Neustadt y Grondona y sus actuales herederos.

Esos "lugares comunes" son también esgrimidos por gente autodefinida como "progresista" que repite la misma mecánica..

En ese contexto observamos que el trabajo del Estado es algo profundamente desjerarquizado y subestimado, y quienes lo deselegitiman apeñan a distintas "zonzeras" que viene repitiendo sistemáticamente.

La primer falacia "neoliberal" que se repite hasta el cansancio es comparar al Estado con una suerte de "consorcio" del que "todos" seríamos los propietarios.

Es frecuente escuchar decir "yo pago mis impuestos" o "a esta gente yo le pago el sueldo".

Afirmaciones de ese calibre es tanto como confundir la figura del ciudadano con la del contribuyente, y quizás provenga de aquella máxima de la revolución norteamericana de "no taxation without representation". (No se pagan impuestos si no hay representación)-

Pero la revolución norteamericana fue justamente una revolución de propietarios, como la democracia ateniense era una democracia de propietarios de esclavos en la que ni siquiera había lugar para los hombres libres pero extranjeros y que no poseían esclavos llamados "metecos" .

Esa noción fue superada por la de ciudadanía según la cual no importa la medida de la contribución sino el derecho que asiste a cada quien en tanto ciudadano y en forma mas contemporánea tiene en cuenta que la generación de riqueza es social, por lo que su apropiación no da mas  derechos a los mayores apropiadores.

Esa fakacia se sigue de esa otra que suele considerar como "no genuino" el trabajo del Estado, contra otros trabajos supuestamente "gennuinos".

Esta aberración inculcada en el sentido común social por técnicos de burocracias supranacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial es un aserto básicamente hipócrita que en primer lugar prescinde de la realidad de esos organismos.que alimentan extensas burocracias que suelen incurrir en gastos muchas veces inexplicables aún para los objetivos que proclaman.

En una sociedad donde la tenderncia a la producción inmaterial es la predominante, o la que determina la tendencia  ¿quién puede detrminar lo "genuino" ? o mas aún ¿Cuál es la vara para medir lo genuino?

Señalan con acierto Negrri y Hardt que la interrelación entre Estado y empresa privda es cada vez mayor y que las formas de las unas son imitados por el otro, tal como se refleja en la frase del epígrafe. esto ha implicado, según los mismos autores, que aquellos que poseen cargos directivos en el Estado, pasen luego fácilmente a las Juntas de las corporaciones y viceversa.

A título de ejemplo, con una u otra gestión, la Secretaría de Industria, por ejemplo, desde hace muho tiempo ha sido un reducto de la Unión Industrial Argentina.

Hoy, eso se refleja en la persona de Débora Giorgi, allá lejos y hace tiempo, la dictadura, en tiempos de Viola había creado un Ministerio de Industria cuyo titular Eduardo Oxenford primero o Livio Guillermo Kuhl después  lo comandaban a título de representante de la misma entidad.

Pero volviendo a la idea de lo "genuino" cabría preguntarse cuál es la vara que se utiliza para medirlo.

Por dar un ejemplo, ls innestigaciones del Conicet , como cualquier investigación científica, no pueden en la mayor parte de las ocasiones demostrar su "utilidad inmediata".¿Debe por eso un país prescindir de la investigación científica, no sólo en las ciencias "duras" sino también en las ciencias sociales?

Una empresa privada como Ideas del Sur genera una gran rentabilidad sin ofrecer un solo producto que no sea inmaterial, ni de "calidad" según lo que indicarían algunos stándares culturales  ¿Eso es trabajo genuino?

Néstor Kirchner, en lo que tal vez fue uno de sus principales aportes, demostró que un Ministro  de Ecnomía no era tan fundamental como se suponía porque la política económica era en definitiva la que determianba la autoridad política ¿Alguien recuerda lo "imprescindible" que se consideraba a los "técnicos" en Economía?

Otra idea falaz que se suma a esas es la  de vincular "productividad" con "rentabilidad" o con cierto tipo de "rentabilidad"por lo que según la idea liberal la actividad del Estado seria un "freno a la rentabilidad", un "mal necesario" que debiera reducirse al mínimo.

¿Debe ser "rentable" un hospital o una red ferroviaraia (que so pretexto de lo que le "costaba al país" fue privatizada con los resultados conocidos)? ¿O su productividad depende de como sirve a otros sectores?.

Así  sucede con muchas prestaciones que tal vez no constituyan ejemplos tan contundentes. pero son igualmente importantes.

Pero volviendo a Gasalla, yo recuerdo algunos episodios que demuestran que la composición de su personaje nada tenía que ver con el sentido "gorila" que interesdamente pretendieron darle:

En principio pocos recuerdan que cuando comenzó a interpretar a la empleada pública y quien la acompañaba en la mesa de entradas era Juana Molina, había un personaje, que ahora no recuerdo bien quien lo interpretaba, que era un "concheto" soberbio y estúpido que venía con demandas prejuiciosas y soberbias hacia el presonal de la reparttición en la que Gasalla y Molina trabajaban.

En otra oportunidad cuando lo visitó un Chcho Álvarez ascendente, este comenzó a ironizar acerca de la forma en que estaba vestida y de su "ineficiencia".

Allí Gasalla,  estaba acompañado por Norma Pons. Sorprendido por los chascarrillos del entonces principal  opositor "progresista"  a Ménem le dijo: "Me extraña de usted Chacho ¡Nosotras (refiréndose a su personje y al de Norma Pons) somos el pueblo! Esperaba algo mas popular de Usted."

Lo dijo, sin abandonar la composición de su personaje pero serio.

En otra oportunidad fue invitado por el inefable Bernardo Neustadt junto al Arquitecto Rodolfo Livingstone, y una ex Miss Argentina que no recuerdo como se llama, y que luego de concluir su carrera como modelo se dedicó al negocio inmobiliario.

Neustadt invitó a Livingstone debido a que era autor de un libro sobre su experiencia en la gestión de Grosso, a Gaaslla obviamente debidio a su personaje y a la ex modelo no se bien por qué.

El tema a tratar era el "maltrato" simbolizado según Neustadt en la "empleada pública".

Para sorpresa del comunicador mercenario, Gasalla, objetó muy serena y fundadamente sus prejuicios y enarboló una a una las razones según las cuales las mañtratadas eran en verdad esas empleadas públicas.

Habló, recuerdo, de la falta de carrera , la falta de estímulos para el agente del Estado, la "mesa de entradas" utilizada  como "castigo" para los "mal vistos" etc.

Mientras la ex modelo hacía agua tratando de corroborar el punto de vista del condunctor, Livingstone remató los postulados de Gasalla con una excelete frase dirigida a Neustadr: "Maltrato es lo suyo, hablando de "mercado" , privatizaciones, flexibilidad laboral permanentemente..." .

Escribo ésto, porque en el último tiempos noto en cierto sector del público un reverdecimiento de estos prejuicios aún queriendo defender las posiciones sustentadas, o las que creen que son las posiciones sustentadas por la Presidenta y el Gobierno Nacional.

Lo que al respecto debo decir es que con lo mucho de positivo que se ha hecho en los últimos  8 años, las relaciones del trabajo, las leyes flexibilizadoras y la cuestión del Estado no se han modificado sustancialmente.

Respecto del primer tema hubo muy ligeras corrcciones vía jurisprudencia. como por ejemplo sucedió con la Ley de Riesgos del trabajo que prohibía el acceso a la vía civil al trabajador para reclamar la indeminiación prevista en el Código Civil sin los límites estipulados por esa norma.

En cuanto a la cuestión del Estado en lo que hace a las relaciones laborales internas tampoco se modificó sustancialmente aunque sí se modificó el rol del mismo en cuanto a su intervención en el proceso económico.

Como bien señalan Negri y Hardt en su libro Multitud", el modelo "neoliberal" de los 90 (que se extiende en el mundo hasta hoy en día a pesar de la crisis) no se caracterizó por la ausencia del Estado sino en el para qué intervenía.

El Estado Keynessiano pretendía regular o moderar el conflicto social, el Estado pos fordista pretende reforzar el rol de la clase dominante.

Pensemos, por ejemplo, que en la nueva "cláusula del progreso" de nuestra constitución Nacional, tras us reforma de 1994 se establece como rol del Estado  "sostener el valor de la  moneda".

Lo que ha venido sucediendo entonces, en los últimos 20 años, es la introducción en el Estado de las figuras precarizadoras de la actividad privada.

Ello comenzó con la importante cantidad de contratos de locación servicios o de obra, por los cuales, los trabajadores del Estado no eran considerados tales sino proveedores "externos" (asignados a la cuenta "servicios personales" y no a la cuenta "personal")

Resulta irónico que los contratos de locación de servicios terminen contando con una regulación con todas las notas de la relación de dependencia  (horarios, categorías, incompatibilidades) salvo los descuentos de ley.

Esta situación se fue mejorando en los últimos años, incorporándose a esos "locadores de servicios" al Estado pero con contratos transitorios, o con una transitoriedad eterna en la que los concursos y la carrera brillan por su ausencia.

El pos fordismo que caracteriza a las relaciones económicas actuales es lo imperante dentro del Estado en sus facetas mas negativas.

Sumado a ello se debe tener en cuenta que las nuevas generaciones son presa de una cultura laboral que el francés Pierre Rossanvallon caracterizó como "mac donalización", que significa la apuesta por las relaciones individuales y por el hecho de figurar en el cuadro del "empleado del mes" antes que por entender que la defensa de los intereses colectivos significa a su vez la defensa de los intereses individuales.

El economista Enrique Martínez, alguien que acompañó desde el comienzo el proyecto político del Gobierno Nacional  en el que entre otras cosas define la situación con este muy acertado párrafo:
"Desde 1976 hasta 2001 se cumplió un ciclo donde “Achicar el Estado es agrandar la Nación” fue una consigna hegemónica o en el peor de los casos, sirvió para arrinconar a un gobierno como el de Raúl Alfonsín, que imaginaba otra cosa en el discurso pero en la práctica cayó también en los planes de “racionalización administrat con  esa consigna estampada en la frente, fue totalmente coherente que todos los que manejaron las relaciones laborales en el Estado lo hicieran con la lógica – ya que no eran los dueños – de achicar, ningunear, postergar derechos, instalar una y otra vez el desánimo en todo servidor público, hasta llegar a lograr que sintieran vergüenza de ser o  considerar el trabajo estatal como un simple aguantadero hasta tiempos mejores"
Esta cultura del trabajo adquiere rasgos particulares en el Estado en el que se "!abaratan" las prestaciones, lo que se rratifica con el hecho de que la negociaciòn paritaria se haya visto estancada desde hace un tiempo considerable.

Sin ir mas lejos la  paritaria firmada redcientemente por el gremio aceiterio  lleva a $ 6000 su sueldo inicial, mientras que esa es la remuneración de la categoría máxima del escalafón estatal, (sin adicionales)  con exigencias tales como título de grado y de posgrado y otros requisitos de capacidad funcional.

Algunos piensan que lo mas sensato sería tal vez aplicar lo se ha dado en definir como Kalmarismo o "implicación negociada" en alusión a la discusión partiraia gremio empresa que se realizó en Suecia para insertar a los trabajadores en el proceso de reconversión planteado por esta última lo que implica darle participación e iniciativa a los trabajadores en la elaboración del producto y no la adjudicación de tares repetitivas a la macera del fordismo o de lo que Charles Chaplin definió muy bien en Tiempos Modernos.

Ello implica la también la instauración de la carrera administrativa y de la Estabilidad del empleado  público garantía constitucional que hace 20 años, como herencia del menemismo no se cumple en el Estado.

El Ministro Tomada reconoció que el observó que la mayoría de las personas ingresaban al esatdo por "relaciones" y la Presidenta en su oportunidad dijo acertadamente que la planta transitoria que lo integra (que es un 80 %)  debía presentarse a concurso e integrarse ya que eso no significaba ningún gasto superior.porque esa gente ya estaba trabajando condiciones  precarias.

Pero volviendo a Gasalla le pregunto al lector ¿la famosa empleada no está hoy en otro lado?

Lo invito a observar como antes al menos podía concurrir a un mostador en las  Empresas del Estado y que luego , cuando fueron privatizadas se encuentra con una operadora que le da pocas explicaciones y no es muy cortés. (u operador también, no distingo género) .

Que observe como lo atienden en los bancos, o escuche la voz de quienes lo llaman de esos "estudios jurídicos" cuando tiene la desgracia de contraer una deuda.

¿No reconoce a la misma empleada? Claro, ya no es folclórica y tiene otro "look" por eso cree que no está más, si quiere seguir averiguando pregúntenle a esos que lo llaman cuánto ganan para que pongan tanto "empeño".



















































2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un buen análisis sobre una crítica simplista al personaje de Gasalla que también he oído, por ejemplo en 678 por parte de Orlando Barone e incluso en ciertos ámbitos académicamente bastante chantas.El mismo Gasalla comentó en una entrevista reciente con Felipe Pigna, que está en youtube, que este personaje lo creó para el teatro primero y fue durante el Proceso Militar, criticando justamente el maltrato al personal que se derivaba a la atención al público. Son personajes, como otro memorable que recuerdo, el del "ama de casa" que marcaban una crítica social y el "aguante" popular ante el autoritarismo y luego el liberalismo caníbal. Gasalla un grande y me parece que crear un imaginario de un Estado siempre virtuoso es una falacia, hay momentos en que el Estado ha estado en contra de la ciudadanía, lo simplista es pensar que las estructuras burocráticas del Estado se sustraen a las formas de gobierno de cada momento. En gobiernos autoritarios hubo instituciones del Estado autoritarias y Gasalla representó tanto estos conflictos, sus ambivalencias y sus resitencias, para mi un gran artista, nada más.

Edukadores dijo...

Seguro que un imaginario de un estado virtuos es una falacia, así como es otra falacia esa que plantea que todo lo público es grotesco y negativo y que la virtud radica en lo privado. Esa suele ser la postura de quienes proclama un estado autoritario subordinado a clases dominantes. Pensemos que tanto en nuestro país como ahora en el primer mundo aparece un Estado que salva a los Bancos de la crisis y no a los humildes perjudicados por ella