lunes, septiembre 28, 2009

Kosteki y Santillán un límite al que no hay que volver (a propósito de Kraft Terrabusi)


Somos una sociedad de memoria fragmentaria, y muchas veces amnésica.
Esto viene a propósito de algunos ecos de lo sucedido en Kraft-Terrabusi.
He leído de todo entre ayer y hoy.
Están las defensas fanáticas del Gobierno que creen ver conspiraciones en lo sucedido.
No me parece una buena forma de defender lo bueno que ha hecho el gobierno nacional hasta ahora.
Están, por el contrario, los que creen advertir con ésto que se ha producido una suerte de definición revolucionaria, un "desenmascaramiento" del oficialismo. También es absurdo.
Pero, lo mas interesante es lo que piensa la derecha mas rancia, y que nos trae a cuento Artemio López en su blog, citando a su vez al periodista Pagni de La Nación.
¿Qué dice Pagni? Palabras, palabras menos, que el conflicto social sólo podía ser controlado con "palos".
Lo peor del asunto es que algunos comentarios de lectores de Ramble Tamble, y de otros sitios, terminan justificando la represión con argumentos pseudo leninistas, como si se estuviese defendiendo una revolución, y como si los trabajadores de Terrabusi fuesen algo así como los mineros de El Teniente que le hicieron un paro golpista a Salvador Allende.
Pero volvamos un poco sobre la historia reciente para poder analizar la cuestión.
La crisis del 2001 había sido inédita, no sólo en la faz ecónomico-social, sino en el cuestionamiento al sistema de representación política.
 Como se recuerda,el Gobierno de Duhalde ,se inició con una devaluación sin compensación que implicó una brutal transferencia regresiva de ingresos.
A partir de allí el debate consistió en como administrar esa crisis desde el punto de vista del conflicto social.
Los primeros meses, Remes Lemikov mediante, fueron de ensayos.
Las movilizaciones de sectores de clase media vía cacerolazos y de sectores humildes vía piquetes eran intensas y cotidianas.
Cuando se decidió "desalojar" el puente Pueyrredón ante una manifestación de diversos grupos piqueteros la represión policial acabó con la vida de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
En las primeras horas de aquel triste día,  se apeló a la desinformación, a la incertidumbre, y al rechazo de la clase media hacia las movilizaciones populares.
Sin embargo, en poco tiempo, quedó en claro que el Comisario Fanchiotti no había sido un simple agredido, sino el muy probable autor material de los asesinatos, la campaña mediática justificatoria de Haddad y compañía no surtía efecto, y la clase media demostró una vez mas que su límite es la sangre.
Dicen que ese episodio adelantó las elecciones, y precipitó el final del Gobierno de Duhalde, quien desde entonces buscó una retirada lo mas digna posible.
Desde entonces, y muy especialmente desde el Gobierno de Kirchner, la táctica para encarar el conflicto social fue la saturación policial, la tan denostada "cooptación", pero nunca los palos (con lo que una vez mas no queda en claro a que se refieren ciertos dirigentes de la oposición cuando hablan de "tiranía" al aludir al kirchnerismo).
Si hubo un responsable de esta táctica incruenta de administración del conflicto social, esta versión criolla del "soft power" del que hoy hablan cerca del Presidente Obama en USA, aparte del ex Presidente Kirchner, y de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ese fue Aníbal Fernández,  quien en declaraciones posteriore a lo sucedido se  diferenció del Gobierno de la Ciudad en el punto.que pedía por boca de Rodríguez Larreta en forma encubierta reprimir a todos los que en las calles porteñas se solidarizaban con los trabajadores de Kraft.
Lo cierto es que hubo una apresurada orden judicial de desalojo, invocando el delito de "privación ilegítima de la libertad", que contrasta con la actitud adoptada por el Poder Judicial y el Ministerio Público frente a los "derramadores de leche" en su oportunidad.
ya que si bien el mandato judicial es obligatorio para todos, y entre ellos para los funcionarios, lo cierto es que hubiese sido deseable que se practicaran otro tipo de gestiones para evitar el desenlace que el episodio tuvo.
Me parece que si comenzamos a analizar la cuestión desde el punto de vista conspirativo en cuanto a la filiación política de los delegados de Kraft, estamos ingresando a un terreno que no hace a la cuestión, ¿Quién es mejor? ¿Daer? ¿Los Gordos de la CGT?.
Una Comisión Interna hegemonizada por Daer no hubiese iniciado un conflicto por barbijos, seguramente, pero es muy probable que hubiese aceptado en silencio cualquier "reestructuración" de la Empresa, con la consecuente saga de despidos que en este caso no podrían serle adjudicados a ninguna huelga o toma de fábrica.
¿Los turnos de 12 horas deben ser aceptados? ¿Esa reivindicación es descabellada?
Quizás la táctica del conflicto puede ser funcional a los intereses que desea combatir, pero...
¿Acaso la táctica que encararon las organizaciones a las que pertenecían muchos compañeros desaparecidos no fue funcional a la dictadura que se instauró y al terrorismo de Estado que los convirtió en vícitimas?.
¿Eso justificó al terrorismo de Estado?
Un Gobierno que pudo administrar conflictos agudos y mucho mas importantes sin palos, no pude hacerlo en uno que involucra, en el mejor de los casos, a tres mil personas, mucho mas cuando se viene librando una muy delicada y estratégica batalla para que se apruebe la Ley de Comunicación y Servicios Audiovisuales, con relativo éxito hasta el presente.
La Justicia, tan escrupolosa para no desalojar de la ruta a los derramadores de leche, tampoco puede apresurarse de esta forma en este caso.
Tratemos de ver estas cuestiones con serenidad. Esta sociedad no puede volver atrás de Kosteki y Santillán, una posibilidad cierta cuando los palos se permiten y se desatan.
El video que ilustra este post están en inglés y es parte de una campaña internacional en contra de kraft, denunciando lo sucedido en nuestro país.
Cuando pueda lo traduzco tratando de introducir los subtítulos
Para completar se agrega la intervención de Eduardo Jozami en Carta Abierta, que en líneas generales compartimos