sábado, agosto 26, 2006

Desensillar hasta que aclare (frase de Juan Domigo Perón de 1966)( Sobre definiciones e inndefiniciones en la coyuntura política argentina)






I´m just sitting on a fence, you could say I´ve got no sense (Mick Jagger 1967) (traducido: Estoy sentado en la cerca, dirán que me volví loco)

Hay momentos en que la duda o la indefinición no sòlo es paralizante, sino también un signo inequívoco de cobardía física, moral o intelectual.
Pero no siempre es así.

Tomemos por caso la situación política actual del país.
La lógica electoral parece imponerse a todo, por lo que nuevamente la remanida antítesis oficialismo vs oposición vuelve a predominar. dvidiendo al progresismo.

De una lado estarán los que creen que la adopción de algunas medidas por parte del gobierno, sobre todo en lo que hace a la cuestión de los derechos humanos, y la participación en él de algunas connotadas figuras progresistas, ya sea como funcionarios, o como apoyos públicos, hace que merezca que se le brinde todo el apoyo a no ser que se quiera quedar a la derecha.

Del otro lado, el estilo presidencial, la supervivencia de nichos de corrupción, y del tradicional sistema político del PJ, "gordos" sindicales e intendentes mafiosos mediante, hacen que este sea un gobierno que deba ser repudiado, por lo que se debe optar por aquella de las opciones opositoras que se encuentre mas en condiciones de ganarle al oficialismo asì se destierra al falso progresismo y se llaman las cosas por su nombre.

Ambos puntos de vista son falaces y veremos por qué.

LOS FALSOS DILEMAS.

Que el país y el mundo no son los del 73 es una verdad de perogrullo, lo que en todo caso hace falta analizar es si algo de aquella época contribuye en algo a caracterizar esta coyuntura política.

¿Que nos ha legado lo que sucedió entonces en el escenario actual?

El 73 fue una coyuntura especial y excepcional, la generación que participó de esa experiencia tenìa por entonces poca experiencia polìtica, y buena parte de ellos fueron víctimas del terrorismo de estado.

La consecuencia de ello fueron, organizaciones de familiares bregando por el esclarecimiento de los crímenes de la dictadura, y algunos sobrevivientes que adoptaron diversos caminos, pero que en general no sustentan hoy la misma ideología que poseían entonces.

De todos esos grupos de sobreviventes algunos de ellos,( no la mayoría), obtuvieron diversas posiciones gubernamentales apoyando básicamente al PJ, y formaron parte en diversas líneas del funcionariado de distintas gestiones, incluídas las radicales.

Luego de la crisis del 2001/2002, existe un primer intento de legitimar diversas acciones por la vía de la reivindicación de la "lucha de las Madres de Plaza de Mayo", en un primer momento, durante el brevísimo gobierno de Rodríguez Saa, luego por el Presidente Kirchner.

Mas allá de la reivindicación discursiva, y de algunos hechos destacables como los cambios operados en la Corte Suprema, no se han producido otros cambios sustanciales.

Aún en ese terreno las señales han sido contradictorias, por ejemplo, el Gobierno ha promovido la designación de juristas garantistas como Zaffaroni y Carmen Argibay en la Corte Suprema, al tiempo que ha gestado y aporbado todo el paquete de "Leyes Blumberg" que deformaron al Còdigo Penal en un sentido peligrosista y reaccionario.

En otro sentido, en materia de polìtica exterior, hoy no se sustenta la política de las "relaciones carnales", pero ello antes que nada está dictado por la coyuntura, y no por una decisión basada en la convicción.Prueba de ello es que la relación con Estados Unidos y con la Comunidad Europea se mantiene en generl en los mismos parámteros de la década anterior.

En cuanto a la política, conviven en el PJ los protagonsitas de las peores prácticas, que constituyen su "aparato", con algunos "progresistas", sobrevivientes del 73. En esa época es probable que los que sustentan la ideología de los primeros hubiesen sido no sólo los enemigos, sino probablemente los asesinos de los segundos.

En suma hay un cambio "simbólico", que no es póco, ni es inocuo, pero no ha cambiado esencialmente la realidad.

LA OPOSICION SOÑADA.

Sin embago, cuenta el gobierno con la mejor oposición que podría soñar para sus intereses.

De un lado, una derecha cavernícola que ataca no lo que el gobierno hace, sino meramente lo que dice.

Allí están, el siempre golpista Mariano Grondona, el diario La Nación, la defensora de la "guerra sucia" Cecilia Pando, Blumberg ( que antes no se perdía ningún acto oficial), Macri y López Murphy.

Para todos ellos está mal "remover" la cuestión del terrorismo de Estado, despenalizar el aborto ( lo que el gobierno no hizo, y aún no dio señales de querer hacer), otorgar subsidios a la pobreza ( lo que originariamente había sido una propuesta del FMI), y varios etcéteras en esa dirección.

De todos ellos Grondona sustenta una curiosa tesis según la cual el actual gobierno estaría integrado por aquellos que habrían perdido la "guerra del cerdo" en los 70.

Lo grotesco del discurso hace suponer que todos esos sectores tienen una estrategia de "marketing" orientada hacia el inconciente troglodita de buena parte de la sociedad argentina.

En la otra punta, y de manera irrelevante, una izquierda trotskysta de poco peso que repite manícamente la misma fórmula desde hace cuarenta años ante cualquier coyuntura nacional e internacional.

En el medio dos casos singulares que cuentan con mas audiencia entre los sectores progresistas que los anteriores : el ex Ministro Lavagna y Elisa Carrió.

LILITA Y LAVAGNA.

Elisa Carrió es un caso singular.Ha perdido sistemáticamente consenso, luego de su apogeo como desprendimiento crítico del gobierno de la Alianza.

Mas allá de los detalles de "color" que le agrega su personalidad a su discurso através de invocaciones proféticas o denuncias imprecisas, digamos que su fuerte crítica se centra casi exclusivamente en una cuestión ética.

Según esa visión, la antinomia principal estaría dada por la confrontación entre el "régimen", representado en esta caso por el gobierno y la "República", representada casi exclusivamente por Lilita y el ARI.

De acuerdo a esta lógica, la política exterior del gobierno es mala, porque se la encomienda a sus amigos políticos, y no a los profesionales preparados para esos menesteres.La crítica es en principio válida, pero omite considerar el carácter corporativo y conservador de nuestro Servicio Exterior, cuya "idoneidad" está básicamente orientada a las "relaciones carnales", cuando no a conveniencias estrictamente individuales.

En los problemas del Presidente con el sector rural, toma partido por los ganaderos, considerando que éstos últimos son hoy humildes chacareros, y no latifundistas. Al respecto cabe señalar que la Sociedad Rural, no se ha convertido en una asociación de pequeños propietarios, y que cualquiera sea la opinión que merezca la política del gobierno respecto del precio de la carne, lo cierto que el alza de esta última es injustificada, y que es un sector que se ha beneficiado en el último tiempo devaluación mediante.

También criticó a la Corte Suprema en el fallo "Bustos", en donde trata el tema de la pesificación, que en verdad no trataba de una anciana que tenía un plazo del que vivía, sino de alguien que poseía una cuenta millonaria en dólares, que especulaba con triplicar como consecuencia de la devaluación.

Las críticas de Lilita, a lo que se suman sus fotos con Macri, sus elogios a López Murphy, y la adopción de Olivera como candidato en Capital, hacen que se coloque a la derecha del espectro político, así esa no sea su voluntad.

En cuanto a Lavagna, se sabe que el ex Ministro fue el arquitecto de la polìtica que hoy cuestiona.

Si bien sus cuestionamientos son equilibrados, y apuntan al estilo de gestión del Presidente con afirmaciones acertadas, rematan casi siempre en las relaciones con Venezuela, lo que parece una solapada toma de partido a favor del ALCA.

Por otra parte, no es secreto para nadie que los apoyos del Ex Ministro provienen de Alfonsín y el duhaldismo residual, o sea, la parte de la corporación política que ha sido desplazada.

DE ESO NO SE HABLA.

Pero de lo que unos y otros no hablan, es por ejemplo de la distribución del ingreso, de los índices de pobreza que no han descendido, no obstante una leve disminución de la desocupación, de la supervivencia de toda la legislación menemista, y de los leoninos contratos con las privatizdas, y de la forma en que a partir de éstas cosas se estructura todo el sistema clientelista.

En suma, no se trata de ser progresista, ni siendo oficialista, ni siendo opositor de derecha, se trata de ver, observar, y comenzar a crear alternativas superadoras.

"Desensillar hasta que aclare" dijo Perón en el año 1966, cuando era claro que lo que se venía era la dictadura militar de Onganía.

Hoy que no hay dictadura, ni militares, la situación es mas compleja, y amerita pensar, para a partir de allí tomar partido