viernes, diciembre 15, 2006

Para que Pinochet se termine de morir, o el síndrome de Pele el conquistador.(sobre los mitos y realidades del "milagro chileno")


Y si el hijo e´puta e Franco se llegara a morir,
cuando pases por su tumba no te olvides de escupir(Canción popular española)

Retornarán los libros, las canciones,
que quemaran las manos asesinas,
renacerá mi pueblo de su ruina,
y pagarán su culpa los traidores.
Pablo Milanés.

Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta (Pablo Neruda).

Tantas veces fue esperado y deseado que casi no se puede creer:

El chacal, asesino, traidor, Augusto Pinochet Ugarte ha muerto. Mal día para el diablo según Carlos Fuentes porque perdió la presidencia del infierno, aunque como dijo Mario Benedetti ;"la muerte llegó antes que la Justicia".

Pero Pinochet no va a terminar de morir hasta que no se termine de morir su herencia política, cultural y económica, ese tan mentado "milagro chileno", esa insistente mentira que a manera Goebbeliana le ha contado al mundo que en Chile todo es prosperidad y bonanza económica.

Si se juntan las cuestiones que suelen proclamar ciertos "progresistas" y "liberales" por igual resulta que "Pinochet violó los derechos humanos", pero "ordenó la economía". El sub texto de esta ecuación es claro "Fue necesario asesinar, torturar y perseguir, para ordenar la economía".

¿El resultado es que hoy los chilenos viven mejor?. Los panegiristas del modelo responderán: Sí porque tienen un país "serio", y aparte algunos agregarán "han incrementado notoriamente la compra de automóviles".

Casualmente esa promesa de "un auto por cada chileno", fue una de las célebres frases de Pinochet.

¿En qué consistió el famoso "orden" pinochetista?.

En hacer aquello que entre nosotros Martíenez de Hoz inició y no pudo completar, pero que concluyó Cavallo con todo éxito. En aplicar los criterios de Milton Frideman y los Chicago Boys, iniciando el Thatcherismo antes que Thatcher y el Reaganismo antes que Reagan.

La cuestión fue la privatización de casi todo, desde las empresas públicas hasta el sistema jubilatorio, pasando por la educación cuyo acceso hoy en Chile constituye un privilegio, lo que es admitido por la misma Presidente Bachelet que ha tenido que enfrentar un amplio movimiento de protesta al respecto.

Las estadísticas, que como se sabe, responden en cuanto a los criterios de medición que se establecen a una u otra concepción tampoco favorecen a Chile en lo que respecta a la distribución del ingreso:

Sin ir mas lejos esto es lo que informa la CEPAL respecto de América Latina en la materia :


"A finales de la década de los
años 90, el ordenamiento de
los países en función del coeficiente
de Gini, calculado a
partir de la distribución del
ingreso per cápita de las personas,
confirma que la mayor
concentración al nivel nacional
se presenta en
Brasil, con
un valor de 0,64. Bolivia, Nicaragua,
Guatemala, Colombia,
Paraguay, Chile, Panamá
y Honduras son también paí-
ses de alta desigualdad, con
coeficientes de Gini entre 0,55
y 0,60. Algo más moderada es
la concentración del ingreso
en Argentina, México, Ecuador,
El Salvador, República
Dominicana y Venezuela, donde
el coeficiente de Gini es
igual o superior a 0,50. Uruguay
y Costa Rica vuelven a
aparecer como los países con
menor desigualdad, con índices
por debajo de 0,48"

Sin ingresar en discusiones técnicas, lo que es posible advertir es que países como el nuestro han empeorado en lo que hace a la distribución de la riqueza respecto a sus estándares históricos y como países "serios" como Chile o Brasil se encuentran entre los peor distribuidos.

También es significativo que en países como Uruguay, donde la sociedad civil resistió con mas éxito las medidas mas drásticas de los planes de ajuste que se les aplicaron, es donde la distribución del ingreso resulta mas equitativa, por supuesto en el marco de los desastrosos parámetros de la región.

¿Que es lo que triunfó en Chile entonces?

La respuesta es: un proyecto cultural, que es lo que en definitva es cualquier proyecto económico.

Ese "proyecto cultural", conforme al cual "Chile será un país de propietarios y no de proletarios" (slógan también pronunciado por Pinochet y repetido por los conservadores de todas partes incluídos los nuestros).

Ese país en donde al pobre le da vergüenza su condición de tal en lugar de indignarlo, y en donde pagar peaje en las rutas es valorado como una "cuestión de status".

Recuerdo que en alguna oportunidad en que estuve en Santiago de Chile, un taxista me mostraba orgulloso el "Alto Las Condes" diciendo :"tenemos el shopping mas grande latinoamérica".

¡ Qué curiosa imágen! El "orgullo nacional" que en otro tiempo los "nacionalismos". solían depositar en la siderurgia, o en sus "Premios Nóbel", depositado en un "shopping center", y ésto manifestado por aquellos cuyo nivel de ingresos les impide plantearse siquiera la posibilidad de comprar lo mínimo en alguno de esos centros comerciales.

Pero ese proyecto cultural no triunfó por casualidad. Se trataba de sepultar un experimento que constituyó un intento de cambio social por la vía pacífica, y echar sal como los romanos sobre Cartago para que allí nunca nada mas crezca.

Y para eso se apostó fuerte a ese proyecto al que se lo calificó como "milagro", tal como el capitalismo hizo siempre con aquellos países en donde estableció una frontera ideológica.

Así habló sucesivamente de "milagro alemán" en su lucha contra la Unión Soviética, de "milagro japonés", sn su conforntación con el maoismo, o de "milagro chileno" en su batalla contra el populismo latinoamreicano.

La diferencia del "milagro chileno" respecto de otras experiencias calificadas de la misma forma, consistió en que mientras que en los otros "milagros" se pretendía demostrar que el capitalismo también podía satisfacer reivindicaciones sociales, en este "milagro" se pretendió demostrar que las mayorías puden prestar su consenso para las políticas que les quitan esas reivindicaciones.

Y eso justamente se aplicó luego en los países centrales, primero con Reagan y Thatcher, luego con los reconvertidos partidos socialdemócratas en el poder.

En el medio también se produjo el milagro de los "tigres asiáticos" que no son otra cosa que países factoría aptos para las "relocalizaciones" de las empresas capitalistas de los países del primer mundo. La consecuencia es flexibilidad y desempleo en los países centrales, explotación miserable a bajo costo en los países factoría, y todo adornado bajo el manto de una supuesta industrialización a marcha forzada lograda por estos últimos a raíz de su "eficiencia" y de su "seriedad".

Hoy por hoy, en el esquema capitalista mundial, en el que los países son cada vez menos sistemas autosuficientes para ser nodos de una vasta red, cada parte integrante cumple una función, y tal es el caso de Chile.

Chile y Brasil, en este esquema resultan los dos países latinoamericanos con clases dirigentes mas homogéneas y con proyectos a largo plazo.

Ambos también son dos de los países que mas han crecido y que como hemos observado, peor distribuyeron ese crecimiento.

La diferencia es que mientras Brasil pretende ejercer un liderazgo regional relativamente autónomo respecto de los centros de poder mundial, Chile aparece como la niña mimada de Estados Unidos en la región.

En Chile es casi imposible estudiar, la vivenda es de difícil acceso, hay que contar con mucho dinero para tener una atención de salud adecuada, pero se accede con relativa facilidad a los autmóviles y a otros artículos de consumo. Eso es para muchos bienestar.

En una notable película danesa llamada "Pele el conquistador", la acción transucurre en una hacienda en donde los trabajadores sufren una explotación extrema.

Uno de los personajes, es un "rebelde" llamado Eric que siempre se opone a las atrocidades llevadas a cabo por el capataz. Un diá Eric recibe un golpe en la cabeza con un objeto contundente de parte de este último, por lo que queda atontado. En ese estado Eric sólo respondía a las órdenes de su antigüo enemigo.

El pueblo chileno era un pueblo con vastos sectores combativos.

Ya en la década del 30 había tenido un Presidente llamado Marmaduke Groove que había declarado a Chile "República Socialista".

Era el pueblo de Pablo Neruda, Victor Jara;Violeta Parra. Era el pueblo de los mineros rebeldes y dignos, y el que de la mano de Salvador Allende estaba tratando de arribar democráticamente a un sistema socialista.

El "desorden" que padecía en la época de la Unidad Popular se derivaba de una situación de conflicto agudo, propiciado por los mismos sectores que dieron el golpe de Estado, por lo que evaluar la pericia administrativa de ese gobierno resulta bastante relativo.

Vino Pinochet y logró el orden del cementerio, y ese "orden" fue escrupulosamente respetado por la "Concertación", integrada por "Socialistas", otrora miembros de la Unidad Popular, y por Demócrata Cristianos, otrora golpistas.

La Presidente Bachelet fue torturada por la dictadura y debió exiliarse, al igual que su madre. Su padre era un militar constitucionalista asesinado por el régimen de Pinochet.

A pesar de ello toleró que al ex dictador lo sepultasen con "honores militares", ante la presencia de su Ministra de Defensa.

La principal Avenida de Santiago se sigue llamando en una parte "11 de Setiembre" (día del golpe) y otra importante avenida que conduce al aeropuerto homenajea a Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei.

Algunos ingenuos ciudadanos chilenos se indignan con las cuentas en el exterior de Pinochet, y no con sus torturas y asesinatos.

La comunidad internacional, tan estricta en materia de "derechos humanos" con los Hussein, los Noriega o los Milosevic, y todas las almas bellas que con toda su energía escrutan la conducta del régimen cubano, toleraron todas las contemplaciones que se tuvieron con Pinochet cuando fue detenido en Londres y restituído a su país, tras fingir una enfermedad que no tenía.

Traidor a todo, a la democracia, a Prats, a Salvador Allende, y hasta a Latinoamérica al apoyar a Gran Bretaña en la Guerra del Atlántico Sur murió en paz en una cama a los 91 años.

El pueblo chileno actúa como Eric con su verdugo (al menos buena parte de él), mientras no han faltado los "porgresistas" en todas partes que han dicho que estaba mal la política de derechos humanos, pero muy bien el "modelo" económico.

Pero algunos despiertan del golpe en la cabeza:

En efecto, un jóven se acercó al féretro de Pinochet, y lo obsequió un justiciero escupitajo. Era el nieto del General Prats, al que el tirano también había ordenado asesinar después de traicionarlo.