domingo, noviembre 18, 2012

Día del militante 40 años después

¿Que estaba haciendo yo el día del militante?

Estaba en cama, con hepatitis y aún en la escuela primaria.

En el viejo televisor blanco y negro se veía el día lluvioso, a Rucci sosteniendo el paraguas, a Perón saludando.

En los días subsguientes, se veía a Perón saludando desde el balcón de su residencia en la calle Gaspar Campos de Vicente López.

Recuerdo el clima de alegría contagioso, el difundido sentimiento de esperanza, a pesar de formar parte de un hogar no-peronista.

Recuerdo el charter del que se hablaba en el que tanto habían viajado López Rega, como el PAdre Mujica, Antonio Cafiero o Nilda Garré.

Recuerdo también a San Filipo, Leonardo Favio, Marilina Ross y otras celebridades entre aquellos viajeros que escoltaban al viejo líder.

Por mi edad, desde ya, no fui parte de los que pretendieron acercarse a Ezeiza, no de los que fueron a Gaspar Campos, pero como decía, las vibraciones se percibían.

Tal vez si el tiempo se hubiese congelado en ese instante se hubiese visto a un pueblo esperanzado, como nunca antes lo había estado (en el 45 se puede decir que estaba gratamente sorprendido pero no así de esperanzado).

Esa esperanza fue la penúltima gran esperanza del pueblo argentino.

¿Por qué la penúltima? . Porque la última, y mucho mas módica fue la primavera alfonsinista.

¿Y el kirchnerismo? Igual que en el 45, se puede decir, que se trató de otro momento en que buena parte de la población se vio gratamente sorprendida, porque de Kirxhner en principio nadie esperaba nada en particular,y fue mas intenso el duelo por su pérdida.

En el 45 se iniciaba el estado de bienestar, en el 2003 se comenzaba a ver la posibilidad de sali de un infierno y se rescataban algunos fantasmas demonizados la década anterior, pero en el 72 se espeava mucho: algunos la paz y el bienestar, otros el socialismo.

Pero ese instante pleno de felicidad se fue diluyendo.

Se puede decir que duró todo aquel verano hasta que el 25 de Mayo de 1973 asumió Héctor J Cámpora y que se enterró sangrientamente el 20 de Junio de ese mismo año con los sucesos de Ezeiza.

Seguramente, sin saberlo,  después de aquella fiesta del 17 de Noviembre del 72 la reacción comenzaba lenta y cruelmente a enterrar el estado de bienestar.

Pero eso es la historia que se acentuó desde el 76 en adelante. Ese 17 de Noviembre, todo parecía posible y no sólo para los peronistas.