miércoles, diciembre 02, 2009

Reforma política y Ley de Servicios Audiovisuales dos lógicas inversas


La Ley de Servicios Audiovisuales tenía una lógica de des concentración del poder, y de refuerzo de los contenidos locales.

De allí que haya sido apoyada por todo el progresismo, aún el mas dubitativo.

La lógica de la llamada "Reforma Política" es la inversa, o sea la de concentración del poder, y en lo posible,la de la supresión de todo atisbo de autonomía local:

En tal sentido, es significativo el Artículo 16 que establece los requintos para la caducidad de la personería en estos términos;

ARTÍCULO 16.- Modificase el artículo 50 de la Ley Orgánica de los



Partidos Políticos, 23.298, el que queda redactado de la siguiente manera:


Artículo 50: Son causas de caducidad de la personalidad


política de los partidos:


a) La no realización de elecciones partidarias internas


durante el término de cuatro (4) años;


b) La no presentación a dos (2) elecciones nacionales


consecutivas;


c) No alcanzar en dos (2) elecciones nacionales


sucesivas el dos por ciento (2%) del padrón electoral


del distrito que corresponda;


d) La violación de lo determinado en los artículos 7º,


inciso e) y 37, previa intimación judicial;


e) No mantener la afiliación mínima prevista por los


artículos 7° y 7° ter;


f) No estar integrado un partido nacional por al menos


cinco (5) partidos de distrito con personería vigente;


g) La violación a lo dispuesto en los incisos f) y g) del


artículo 33 de la presente ley..

El artículo 50 de la Ley que se reemplaza establecía en su versión anterior:

b) La no presentación en distrito alguno a tres (3) elecciones consecutivas debidamente justificada;

Antes también sancionaba el hecho de "no alcanzar en dos elecciones el 2% en ningún distrito, mientras que ahora requiere el 2% en el "distrito que corresponda" cuestión que no queda suficientemente clara.

A su vez se reemplaza la "desafiliación tácita", ante la afiliación a un nuevo partido por la desafiliación explícita, lo que a su vez es poner mas requisitos a las agrupaciones en crecimiento.

Esto por supuesto es un análisis sesgado y parcial.

Pero es claro que se apunta a que sólo tengan condiciones de supervivencia las estructuras nacionales es decir: La UCR y el PJ.

Por otra parte la regulación del capítulo relativo a las internas "abiertas y simultáneas" que se convierte en un requisito ineludible para presentar candidatura se convierte en una exigencia que privilegia los aparatos por sobre la vida partidaria interna y el debate democrático.

Por eso en este escenario son coherentes las declaraciones de Martín Sabbatella cuando expresa que "–Una cosa es constituir el tercer lugar y la tercera pata y otra cosa es fortalecer o constituir una mayoría con la derecha. Porque ayuda a cristalizar la idea de que hay solamente dos espacios que debaten, porque se habla de un 40 por ciento del oficialismo y un 60 por ciento de la oposición. Ahora, ¿qué es lo que unifica a ese 60 por ciento? No hay un nosotros que represente a todo ese espacio, no hay un nosotros común en ese número, ahí hay miradas que están en los antípodas de nuestro pensamiento. Claramente, hoy hay una derecha que quiere retroceder, que quiere volver al pasado, y un oficialismo que invita a resignarse a los límites del presente. Y lo que hay que construir es una alternativa de centroizquierda que enfrenta a la derecha para no retroceder y condicione al Gobierno para no resignarse".

Esto equivale a defender la identidad y la autonomía frente a ambos chantajes el "opositor" y el "oficialista".

Porque como demuestran las históricas movidas desde 1983 hasta la fecha del PJ y la UCR, lo único que une a estos dos conglomerados es el reparto de cargos a que obliga el sistema presidencialista como bien lo señaló hace 20 años o mas el intelectual inglés Perry Anderson.

Por este motivo muchos de los que debiéramos estar juntos estamos separados y muchos de los que estamos separados debiéramos estar juntos.

Este fin de semana se celebraron elecciones fraudulentas en Honduras y elecciones legítimas en Uruguay.

Son dos ejemplos que valen, como para no aceptar el golpismo aún en su versión del siglo XXI, o como para  emprender el camino, como en Uruguay y mas allá de nuestras diferencias, para mostrar que existe una alternativa frente a "Blancos y Colorados".