martes, agosto 01, 2006

Los Salieris del Pueblo ( a propósito de Gualeguaychú, lo que perdura del 2001/2002 y la reacción de la dirigencia)



La democracia es un sistema por el que la mayoría opta entre lo que debaten las élites (Schumpeter).
Llevo en mis oídos las mas maravillosa música que haya podido escuchar jamás que para mí es la voz del pueblo ( Juan Domingo Perón 12 de junio de 1974)

La primera de las frases del epígrafe corresponde a un pensador con el que no coincidimos.

Pero como sucede en todo no carece de cierta verdad.

La relación entre "vanguardia" y "masas" "dirigencia" y "pueblo" ha desvelado a muchos desde hace mas de doscientos años, o más.

Este tema adquiere particular interés cuando, como en el caso argentino, se ha producido una aguda crisis de representatividad.

Como se sabe, el momento mas agudo de esa crisis fue durante el transcurso del año 2002.

Cabe preguntarse, a la luz de algunos significativos acontecimientos del último tiempo, si esa crisis ha sido superada, o no, y si en la conciencia social se han producido cambios, o si los mismos son tan sólo aparentes.

SALIERI Y MOZART.

La película "Amadeus" de Milos Forman toma nota de una peculiar versión, alguna vez difundida, sobre la relación entre Mozart y Salieri, haciendo eje en una supuesta obsesiva acción de este último que habría llevado a la muerte del primero.

La veracidad de esa "leyenda" ha sido cuestionada, pero ha dado lugar a una obra musical de Rimsky Krosakoff, a una obra teatral del dramaturgo Peter Schaffer, y a la pelìcula de Forman.

Es obvio que quienes la cuestionan no carecen de razón, primero porque Salieri no era Mozart, pero tampoco un mediocre, y segundo porque el único punto de apoyo es una carta de Mozart que trasmite ciertas sospechas respecto de la acción desplegada por Salieri en contra de la difusión de su òpera "Las Bodas del Fígaro", tercero, porque Salieri que fue maestro entre otros de Beethoven, también lo fue del hijo de Mozart, una vez muerto su padre, y dificilmente esto hubiese sucedido de haber sido cierta la versión en la que se basa el film.

Pero acá interesa hablar de lo que representan los Salieri y Mozart de la película de Forman, y no los reales.

En principio, según observamos, Salieri, el del film claro está, dista mucho de ser un ignorante, por el contrario, demuestra ser una persona calificada, inteligente, y sumamente conocedora en materia musical.

Envidia a Mozart, porque no puede alcanzar su talento, pero comprende su música como ningún otro, de allí que entienda su grandeza, y lo enceguezca la envidia.

No se pierde ninguna obra que estrena su rival, aún cuando este último haya caído en desgracia, de allí que concurra al estreno de "La flauta mágica", muy lejos de la pompa imperial, ya sabiendo que para las consideraciones de la época se trataba de una obra de un género menor.

Advierte que en ciertos pasajes de "Don Giovanni", Mozart evoca la figura de su padre, y la torturante relación que los unía, cuando nadie lo había advertido.


Sabe también que Mozart es el único capaz de componer el "Requiem" que el desearía comoner, y se basa para que lo hagaun ardid , medinte el que lo induce a trabajr intesamente, llegando a extenuarlo hasta provocarle la muerte.

Por que "registra" todo, lleva a cabo todas las maniobras posibles para que el material de Mozart no tenga la difusión que se merece, para ello se vale de su proximidad con el emperador, al que sabe como "hablarle al oído" .


Mozart, por el contrario, no entiende nada de las intrigas de palacio, y es sorprendido en su ingenuidad una y otra vez.

Saleri era, como habíamos dicho, un excelente melómano, todo lo contrario del emperador, que no poseía ningún oído para la música, ni tampoco sentido estético alguno.

Pero el emperador era poderoso, y Salieri era lo suficentemente astuto para convencerlo.

LA SOCIEDAD ARGENTINA MUESTRA LO MEJOR DE SÍ.

Algunos intelectuales, muchos de ellos del primer mundo, se enamoraron de lo que sucedió en la Argentina desde el 19 y 20 de Diciembre del 2001 e, hasta los meses subsiguientes, en nuestro país.

Se creyó que la sociedad argentina se encontraba a a las puertas de una revolución política.

Sin embargo, a la vuelta de los acontecimientos se observa, que quien gobierna es el PJ, (tal vez el mas cuestionado de los actores al que se refería el estribillo "que se vayan todos"), que se superó la etapa mas aguda de la crsis, pero que la redistribución del ingreso no se ha producido, y que poco se han modificado los estándares de pobreza y desempleo, todo ello sin que se produzca ninguna rebelión.

¿Eso quiere decir que todo sigue igual?

No seguramente, y muchos hechos lo demuestran:

Después de los tétricos años 90, esta sociedad ha mostrado, al menos en ciertos sectores, lo mejor de sí en cuanto a capacidad creadora, generando nuevos movimientos sociales, y el incipiente desarrollo de un sector de "economía social", visible en las "empresas recuperadas", y en las nuevas cooperativas de trabajo.

Como todo movimiento social enfrenta problemas característicos, que históricamente han sido inherentes a todas las experiencias similares, pero eso no los invalida.

Esos problemas surgen en los momentos en que se debe negociar y articular con el poder, o para ser mas precisos con el Estado.

Allí es donde aparecen los riesgos de oportunismo y cooptación, pero también es donde puede surgir una interesante acción que no sólo se halla vinculada a la autodefensa de los sectores excluídos, sino también a una interesante forma de limitar la "cartelización" de los proveedores del Estado en ciertos rubros.

Como se ve, nada es lineal, y la sombra del 2001 se sigue proyectando.

GUALEGUAYCHU Y LA SOMBRA.

Allí donde el Estado deserta, la sociedad civil ha comenzado a aparecer para recordarlo como signo de estos tiempos.

Hay políticos que han sabido leerlo, y por ello han sido receptivos a ese fenómeno.

El PJ con su clásico pragmatismo, y con su instinto de supervivencia ha apreciado esta situación, y por eso es el partido tradicional que gobierna, mientras que otros han virtualmente desaparecido.

Retomando lo que expresáramos párrafos mas arriba, diríamos que el PJ se ha comportado como Salieri, sabiendo "escuchar" exactamente lo que sucedía, pero aparentemente no para generar una obra superior, sino para mantenerse cerca del emperador.

Reflejo de ello es lo que sucedió en Gualeguaychú a propósito de la instalción de las pasteras EMCE y BOTNIA en la margen oriental del Río Uruguay.

Los pobladores de la ciudad entrerriana advirtieron en cuanto se vería afectada su calidad de vida y su economía si el proyecto que se estaba ejecutando en la margen vecina se completaba.

Así primero se unieron en un abrazo simbólico con los pobladores de Fray Bentos.Luego, estos últimos adoptaron finalmente la postura contraria debido a las promesas de los inversionistas.

Pero los vecinos de Gualguaychú pasaron a la acción y comenzaron a cortar la ruta que su ciudad con la vecina localidad uruguaya y hacer oir su reclamo incluso internacionalmente.

Lo demás es historia conocida: el gobierno se hace cargo de la situación, le nombra como abogada a la actual Secretaria de Medio Ambiente Romina Piccoloti y centra toda su estrategia en una demanda presentada ante el tribunal de La Haya.

La medida cautelar que solicita la Argentina no prospera, pero queda pendiente de resolución el fondo del reclamo.

Esta situación merece un par de reflexiones:
En primer lugar porque cabe preguntarse si la estrategia elegida no ha sido la de la "fuga hacia adelante", ante la persistencia del reclamo.

En segundo lugar, porque es necesario indagar que ha sucedido con la vasta representación diplomática argentina en el Uruguay, que incluye un consulado en Fray Bentos, que no ha advertido un plan que poseía una antigüedad de aproximadamente quince años.

Pudo suceder que la "inadvertencia" haya sido producto de que la cuestión no fuera juzgada como relevante por el Estado Argentino durante todos estos años, o bien que no haya sido contemplada por simple desidia de parte de los encargados de hacerlo.

EL MUNDO Y EL MERCOSUR.

La Cumbre del Mercosur celebrada en Córdoba también demostró que algo en el mundo, o al menos en la región había cambiado.

Tanto es así que las "relaciones carnales" no sólo son cuestionables desde un punto de vista ideológico, lo son también desde un punto de vista práctico.

Varias cosas se pusieron sobre el tapete.

Por ejemplo que la decisión de Evo Morales de hacer valer el precio del gas trajo cola, y lo observamos hoy con el conflicto que a propósito del tema se ha desatado con Chile.

También se ha observado que no todo es lo que decide el Tribunal de La Haya, ya que en todo momento, y a pesar del fallo del tribunal internacional, el Presidente del Uruguay ha mostrado, al menos retóricamente una voluntad dialoguista en el conflicto por las pasteras de Fray Bentos.

Esto desde ya que sin pasar por alto la nueva presentación efectuada por el país vecino ante el Tribunal de La Haya, esta vez oponiéndose a la ocupación de las rutas por parte de los
los asambleístas y solicitando un resarcimientos en razón de las presuntas pérdidas que le ocasionaría esa acción, y los intereses de Botnia, a la que se le ha regalado una "zona liberada" excenta de la jurisdicción uruguaya.

Ya sea por una cosa o por la otra queda demostrado que existen intereses estratégicos que se pueden hacer valer y que le impiden a nuestro vecino tensar la cuerda de las relaciones exteriores.Cabe preguntarse porque no se prestó atención a ésto, y si tomando con tiempo no su hubiese podido evitar la movida de acudir al Tribunal de La Haya para solucionar el conflicto.

Por último resulta destacable el protagonismo de Fidel Castro y de Hugo Chávez, sobre todo resulta de interés escuchar como el anciano líder diagnostica con toda precisión lo que sucede en la región y prevé la declinación de Estados Unidos, lo que es refrendado entre otros por el sociólogo norteamericano Irwing Wallemberg en un artículo recientemente publicado.

Ofenderse con Castro por las cifras de mortalidad infantil que el exhibe para la Argentina, o ante la respuesta que brindó por el affair de la médica cubana Hilda Molina no hacen a la cuestión.
Es obvio en un caso que mas allá de los porcentajes el problema existe y es grave, y en el otro que se debe recordar como ya durante este mismo gobierno le había sido recriminada al ex Canciller Rafael Bielsa su falta de tacto diplomático en el manejo del tema, por lo que no se explica porque se acude por segunda vez al procedimiento de entregarle una carta pública al Presidente cubano.

Lo que sí resulta significativo es que Fidel pueda convocar en un estadio cordobes una notoria cantidad de público que concurrió voluntariamente, cosa que no puede hacer ningún político local.

Esto demuestra que con sus mas y sus menos nuestro pueblo respeta una trayectoria, y sobre todo una actitud frente a los poderosos del mundo.

Todo esto junto indica que el escenario ha cambiado y que nuestra sociedad ha comenzado a escuhar otras voces distintas de los cantos de sirena a que la tenían acostumbrada.

REQUIEM.

Todo lo anterior deja abierta la puerta a varias reflexiones.

Pero interesa sobre todo destacar que no basta escuchar a la sociedad, hay que saber sintentizar sus demandas y darles curso.

Todo lo que sucedió en el conflicto de las pasteras demuestra que el tema no estaba en la agenda, que por eso durante mas de una década no lo tuvo presente ningún gobierno, y como consecuencia de ello, aparentemente tampoco nuestro cuerpo diplomático, por lo que fue la sociedad quien lo instaló, dando lugar a respuestas improvisadas y "a la carrera" que muchas veces no son las mas felices.

La cumbre del Mercosur demuestra, como ya dijimos que no es tiempo de "relaciones carnales", y que mal que le pese, hace rato que la Argentina ha dejado de ser el país "europeo de Latinoamérica", y que ahora intervienen otros actores importantes en la región con los que es invevitable aunar esfuerzos para lograr algún objetivo.

En suma, que se trata no ser como Salieri excelentes melómanos que escuchan perfectamente lo que sucede, también hay que saber componer aunque no sea con el talento de Mozart, porque si tomamos en cuenta la película de Forman Salieri comprobó con amargura que a mozart su música lo sobrevivió.