sábado, junio 10, 2006

Nuestros Mundiales y la vida cotidinana


Fue cuando se callaron las iglesias,
fue cuando el fútbol se lo comió todo,
que los padres palotinos y Angelelli
dejaron su sangre en el lodo.(León GIeco-La Memoria).

Todo lo que sé de moral lo aprendí jugando al fútbol (Albert Camus)

En añejas películas de Hollywood, una pareja emocionada solía escuchar una canción y recordar el momento en que se conocieron, la frase que solían pronunciar en esa circunstancia era ¡Están tocando nuestra canción!.

En todas nuestras vidas suele ocurrir que existen canciones, que termina formando parte de momentos esenciales, por lo que las asociamos a esos momentos independientemente, o no, de lo que, por ejemplo, sus letras digan.

Algo similar sucede con los mundiales de fútbol y la vida de los pueblos, los mundiales suelen tener una referencia extrafutbolística, que cuando menos se imagina aflora.

Seguramente se recordará con ésto al Mundial del 78, el Mundial símbolo de la hipnosis de un pueblo por parte de un règimen represivo, asimilable a las olimpíadas hitlerianas de 1936, o a otro mundial de futbol, el mussoliniano mundial de Italia de 1934.

Pero desde ya hay otros mundiales que inmediatamente se asocian con circunstancias tanto deportivas como extradeportivas.

Todos no pueden ser medidos con el mismo rasero, porque hubo de todo en la viña del Señor.

Hubo sí, muchas veces manipulación mediática y política, pero hubo también genuina alegría, o ganas de festejar algo en esos momentos en que "el noble y el villano, el pro hombre y el gusano, bailan y se dan la mano, sin importarles la facha".

Digamos en principio que existen dos grandes tipos de mundiales:

a) Mundiales de la normalidad: Son aquellos seguidos con fruición por la teleplatea y por la hinchada, aquellos mundiales en los que la sociedad quiere sentir que "lo peor ya pasó", y que por eso "ahora tenemos que disfrutar", de los triunfos deportivos y sentir que "todos somos agentinos".
Es ese sentimiento de "fiesta", carnavalesco, que repite de tanto en tanto, este pueblo al que pertenecemos , ese festejo que parece que todo lo borra.

b) Mundiales de la crisis: Son esos mundiales, en los que la sociedad, conciente de la crsis que la aqueja, quiere refugiarse en un triunfo deportivo para no sentir tanta derrota. Suele suceder que con una mano no se tapa el cielo, por lo que la pelota "no dobla", y tampoco "borra" en esas circunstancias.

Veamos algunos mundiales de uno y otro estilo, dentro de los de los últimos 40 años.

MUNDIALES DE LA NORMALIDAD.

La "normalidad", es ese sentimiento que cada tanto recuperan especialmente los sectores medios para sentir que "vamos a salir adelante" , y que si "yo trabajo salgo adelante, y que no me importan los demás".

Esos períodos son aquellos que muchas veces han tenido nombre propio como "Proceso de Reorganizaciòn Nacional", "Convertibilidad", "Plan Austral", y varios etcéteras.

Durante esos perìodos "normales", el pensamiento crítico languidece, y sólo es sostenido por algunos "aguafiestas" criticones que "no comprenden", o que son agentes del enemigo. Ese enemigo que asume diferentes rostros según el momento a saber: "subversivos apátridas", "dos demonios enemigos de la democracia", "ideologías perimidas que no comprenden hacia donde va el mundo", o "piqueteros que cortan el tránsito e interrumpen la libre circulación".

De esos ya dijimos el mas emblemático es el Mundial 78, por lo que lo trataremos aparte, pero no es el único.

Tampoco pueden ser todos examinados con el mismo rasero.

El de 1966 es recordado por la "insolencia" de Rattín, sentándose en la alfombra destinada a la Reina, cuando fue mal expulsado por el árbitro alemán que dirigía la semifinal que jugaba nuestra Selección con la Selección local de Inglaterra.

Era una época de tránsito entre el gobierno semidemocrático de Arturo Illia, y la dictadura de Onganía.

Cercano en el tiempo de ese Mundial estaba el "Operativo Cóndor" ( no confundir con el homónimo engendro represivo de la década posterior), en el que un grupo de jóvenes nacionalistas, filo peronistas, llamado Movimiento Nueva Argentina, desvió un avión hacia las Islas Malvinas para plantar allí la bandera argentina.

Ese grupo estaba liderada por dos muchachos que con el tiempo tendrían destinos bien distintos pero igualmente trágicos.

Uno Dardo Cabo, hijo del sindicalista peronista Armando Cabo, encarcelado por el gobierno de Isabel Perón, y desaparecido por la dictadura del 76. El otro, de apellido Giovenco, militante de la ultraderecha peronista que murió al estallar la bomba que llevaba en su maletín en el año 74.

La vieja reivindicación argentina sobre las islas Malvinas, siempre fue cada tanto agitada por las dictaduras militares, que por otra parte sometían al país todo lo que podían a los designios del imperialismo de turno. En cuanto a Rattín, se puede decir que su "rebelión" se acotaba a cuestiones exclusivamente futbolísticas, su posterior adhesión a Alfonsín primero, y a Patti después (llegó a ser diputado), demuestran que lo suyo no era la claridad ideológica.

Otro mundial de la "normalidad" fue el del 86, pero la larga sombra del 78 pesaba, y mucho, por lo que el del 86, pretendió ser desde el poder y desde la sociedad un mundial totalmente distinto.

En principio Bilardo, no era bien tratado por los medios deportivos (luego fue un niño mimado), Argentina había pasado la eliminatoria raspando, a pesar de contar con Maradona en su mejor momento, y con Pasarella todavía en buena forma en el equipo.

Ese mundial fue el de Maradona en la plenitud de su talento, el de la "mano de Dios" y el del segundo y excelente gol contra los ingleses.

Diego sólo ganaba la Guerra de las Malvinas, después de la derrota argentina, tanto como Rambo solo ganaba la Guerra de Vietnam para EE:UU., después de la derrota norteamericana.

Sin embargo, y a pesar del campeonato obtenido por la Argentina, jugando la final contra Alemania en el Estadio Azteca, los festjeos se dieron después de la final, y el equipo saludó desde el balcón de la Casa Rosada, pero con Alfonsín ausente, ya que quería demostrar, que al contrario de la dictadura "fútbol y política no se mezclaban".

En el país, el Plan Austral gozaba todavía de buena salud, las "Felices Pascuas" todavía no habían sido anunciadas, y el pueblo quería creer que "con democracia se come, se cura, y se educa".

Maradona, representativo del hombre medio argentino, decía haber votado por Alfonsín, pero admirar a "Castro", tras una entrevista, la primera de su vida, con el líder cubano.

LOS MUNDIALES MENEMISTAS DE LA "NORMALIDAD".

Menem retomó la maipulación futbolera de la dictadura, el ejemplo mas claro fue el mundial del 90 que lo tratamos entre los "mundiales de la crisis", también es fue la época de la manipulación de Maradona en sus tiempos no precisamente mas felices.

El Mundial en que la manipulación de Diego fue mas clara, fue el de EEUU en el 94.

Diego por entonces estaba enojado con Menem. Había sido víctima de un operativo anti droga en el barrio de Caballito, que según denunció en su momento, tuvo por finalidad distraer a la opinión pública del affaire de corrupción afrontado por el Goberino conocido como Yomagate (aquel de Amira y las valijas).

La selección de Basile, coincide la opinión futbolera, resultó ser la de mejor calidad en mucho tiempo, prueba de ello fue una importante cantidad de trofeos ganados en torneos varios, jugando muy bien, según los paladares mas exigentes. Sin embargo la derrota contra Colombia por 5 a 0, la colocó al borde de la eliminación del Mundial.

A partir de allí se produjo un vasto opertarivo mediático, instalando la necesidad de convocar a Maradona, para salvar a Argentina ( digo bien a Argentina, mas que al seleccionado de fútbol, porque al tema se lo tomaba en un sentido mas que futbolístico), que por ese entonces no estaba jugando tras una fallida experiencia en Newells.

Después vino lo recordado por todos, el triunfo ante Australia por el repechaje, que calificó a Argentina raspando, los dos primeros triunfos en Estados Unidos, con Maradona jugando como en sus mejores tiempos, y la esfedrina fatal con la consencuente eliminación y las "piernas cortadas" de Diego.

Ni bien terminaba el mundial para Argentina, la CTA convocó a una marcha federal, una vasta marcha opositora contra el Gobierno de Menem. Los manifestantes coreaban consignas a favor de Maradona y pedían "anti doping a Menem".

Maradona desairó a los que coreaban estribillos a su favor, al poco tiempo, apoyando nuevamente a Menem, como la había hecho al principio del gobierno del riojano.

Era la época de la reelección, Maradona se permitía tataur al Che en el cuerpo y apoyar a Menem al que siguió llamando "Presi" aún después de haber concluido este último su mandato, los argentinos se permitían también confundirse al votar a Menem, temiendo no poder pagar las cuotas de la licaudora, mientras se quejaban por lo bajo de la corrupción.

MUNDIALES DE CRISIS.

Anotamos deliberadamente al mundial del 66 entre los mundiales de la "normalidad", a pesar de que se estaba produciendo un golpe de Estado, porque el fragote institucional era parte de la normalidad para la mayoritariamente indiferente ciudadanía argentina.

Por motivos análogos, pero opuestos, incorporaremos al Mundial del 74 entre los "mundiales de crisis".

El del 74 fue el mundial del caos, el fútbol argentino con su propio caos, replicaba al caos que se producía en el país.

Por entonces las conducciones de la AFA eran inestables, los DT de la selección cambiaban a cada rato, los dirigentes de los clubes se negaban a entregarle sus jugadores a la Selección, y para colmo el equipo nacional tenía tres directores técnicos: Varacka, Cap, y Rodríguez.

Argentina no había podido participar del mundial del 70 en México, porque había sido eliminada por Perú el año anterior.

Esta vez buscaba revancha, pero la desorganización superaba todo, aún la excelente calidad de muchos de los jugadores argentinos.

Pocos días antes el 1° de mayo del 74, Perón se había enfrentado con la JP en la Plaza de Mayo, y éstos últimos se habían retirado.

El 12 de Junio, ya en el medio del mundial, el viejo caudillo salía al balcón de la Casa Rosada para pronunciar su último discurso, totalmente distinto al que había pronunciado un mes y medio antes.

El país dividía su atención, pero la situación política preocupaba de sobremanera.

El equipo argentino inauguraba su actuación en el mundial, perdiendo ante Polonia, un muy buen equipo por entonces.

Perfumo, que hace poco vimos como subsecretario de deportes, no obstante su fama de excelente defensor, cabeceaba hacia atrás, y marcaba un gol en contra descolocando al arquero Carnevale.

Los dirigentes argentinos, entre tanto, promovían en Alemania, la realización del próximo mundial en nuestro país.

Argentina pasó a la segunda rueda. Entonces también la segunda rueda se jugaba por puntos. Había sido derrotada por Holanda, la sensación del torneo, con su ´"fútbol total", ya elminada, disputó su último partido con Alemania Oriental, al mismo tiempo moría Perón. Se anunciaban malos presagios, y el fútbol no ayudaba a olvidar.

En 1982, cuando aún no había concluído la Guerra de Malvinas comenzó el Mundial de España.

Argentina era la favorita, con la base del equipo campeón de 1978, mas Diego Maradona.

La dictadura pretendía que el Mundial fuera un segundo manotazo de ahogado, tras el manotazo mas trágico que ya había sido la Guerra de Malvinas.

El pueblo que había llenado la Plaza vitoreando al dictador Galtieri, pero que había fingido demencia y "normalidad" ante lo que sucedía en el Atlántico Sur, se abalanzó sobre los televisores para ver el mundial de España.

Pero tras la derrota de Malvinas, vino la derrota deportiva, y finalmente la dictadura no pudo brindar ni pan, ni circo. Lo que siguió fue la transición hacia la democracia, y aquella irónica casi cínica canción de Charly García llamada "No bombardeen Buenos Aires".

En 1998 en Francia, otro Mundial de crsis no permitió que se olvide que ya no había mas luna de miel con la "convertibilidad".

Passarela como director técnico le había hecho a sus jugadores cortarse el pelo, y adoptar un look prolijo para las cámaras. La crítica era hacia Basile, porque según el establishment futbolero lo que lo había perdido al Coco era el "caos".

Pero la militarización del seleccionado no dio resultado, y la crisis se deslizaba, para estallarle en las manos al posterior Gobierno de la Alianza.

CODESAL TAPÓ LA CRISIS. y EUROPA MOSTRÓ SU XENOFOBIA.

En 1990 el antifútbol de Bilardo, tuvo un premio inmerecido en Italia, llegando a la final contra Alemania.

Eso fue gracias, a los penales atajados por Goycochea, el soberbio desempeño de Caniggia, la sola presencia de Maradona, aunque jugando en una pierna, y la ineficacia o indiferencia de las autoridades de la FIFA ante hechos lamentables como el bidón de agua podrida que se le alcanzó al jugador brasileño Branco.

Se criticó mucho el penal mal cobrado por el árbitro mexicano Codesal a favor de Alemania en la final que fue determinante en el triunfo de esta última, pero se olvidaron los errores de árbitros que beneficiaron a la Argentina.

Era lamanetable escuchar como las tribunas italianas hacían blanco en Maradona para discriminar a los italianos del sur, y con ello a todo lo que no fuera suficientemente europeo.

Si en el 78 Europa era el terreno de las denuncias contra la dictadura y del exilio, y por eso debía ser derrotada, en el 90, el muro había caído y la vergüenza también, por lo que los chiflidos al tercer mundo retumbaban en todos los televisores.

La vergúeza también se había perdido en la Argentina, por eso Menem, María Julia y otros nefastos entregadores del país, saludaban desde el balcón de la Casa Rosada mezclándose con el equipo sub campeón, al revés de lo que había sucedido en el 86.

El espíritu de la dictadura se había retomado hasta en el grotesco de Menem invitando a Bilardo y Maradona a la quinta de Olivos, para pedirle que incorporen a Ramón Díaz al equipo nacional.

Por una vez un Mundial tapó la crisis. la hiperinflación estaba todavía vigente, la convertibilidad sería cosa del año siguiente.

LOS DOS MUNDIALES MAS EMBLEMATICOS.

Pero hay dos mundiales que son los mas emblemáticos.

El Mundial de Argentina en el 78 como clásico Mundial de la "normalidad", el del 2002 en Corea-Japón como mundial de "crisis".

Del 78 mucho se ha dicho, y para colmo la película "La Fiesta de Todos" de Sergio Renán, cada tanto vuelve a ser emitida, como para que no nos olvidemos de lo que fue eso, ahora que sabemos la verdad de la historia en su totalidad.

Del 2002 nos queda el recuerdo en lo deportivo sólo asimilable a la de Suecia en 1958, y el curioso dato de que el entrenador de la selección fue confirmado en el puesto, no obstante el fracaso.

Pero ¿Cuàl era el contexto en uno y otro caso?

El 78 es una mezcla de malos entendidos con manipulación dictatorial.
¿Por qué?
Por varios motivos.

Porque un entrenador de "izquierda", supuestamente militante del Partido Comunista por entonces, estaba al frente de la selección.

Se podrá decir que la línea del Partido Comunista durante la dictadura del 76, fue de silencio y complicidad, y es en parte cierto ( sólo en parte porque debe excluirse a la base de ese partido, y a la cantidad de militantes de ese partido desaparecidos durante ese período), pero esa era la líena de la clase política y de la sociedad que quería creer que Videla era "democrático".

Se agitó aquello de "la campaña anti argentina" para silenciar a los opositores, y se lo logró con todo éxito.

Pero es cierto que a buena parte de la sociedad se le hacía sentir que se atacaba el prestigio nacional y que era la forma de mostrar ante el mundo de que éramoos capaces.

Por último, se la tomó como una "fiesta de todos", en donde los agoreros no tenían lugar.

Precisamente en la "Fiesta de Todos", es triste ver a gente honesta e íntegra como Diego Bonadeo sumar su particiapción ( la cosa no era únicamente Menotti), o advertir que el Director de la película es Sergio Renán, alguien a quien no se podía identificar como pro-dictatorial, aunque haya sido oprtunista desde el punto de vista político, como lo mostró en ocaiones posteriores.

Siempre quedó flotando la duda respecto del 6 a 0 frente a Perú, y por más que los protagonistas de entonces juren y perjuren que el "arreglo" no existió, lo cierto es que por algo resulta tan creíble que el hecho haya sido cierto.

Lo del 78 se pretendió repetir al año siguiente con el Mundial juvenil de Japón, el mismo día en que arribaba una misión de la OEA para indagar acerca de las violaciones a los derechos humanos por entonces frecuentes.

En suma es claro que la sociedad en su conjunto asumía por entonces el sentido común de la dictadura incluídos notorios formadores de la opnión democrática, y que no fue sólo el fútbol el que hizo que todos se callaran.Era también el momento de la "plata dulce", ese anticipo de lo que en la década del 90 sería la convertibilidad, que no es otra cosa que el "nosotros podemos" frívolo y consumista

En el 2002, se pretendió "salir de la crisis" con un triunfo deportivo.

La buena performance de la selección de Bielsa previa al mundial, hacía suponer que eso podía suceder.

Una propaganda de una cerveza pasaba revista a la hsitoria futbolera, olvidando el contexto fatídico del 78, y recordando´de esa ocasión sólo al "matador envuuelto en banderas", y a los "papelitos", para rematar en el "juntos podemos".

Pero la actuación del equipo argentino resultó un fracaso, quedó eliminado en la primera ronda, y siempre se dudó de la performance de Verón frente a Inglaterra.

Bielsa fue confirmado en el puesto, pero todavía sonba el ruido de las caerolas, y no pudo haber gritos de gol que los ahogasen.

¿ Y ESTE MUNDIAL QUE?

En una reciente nota del Diario La Naciòn, el Dr. Ricardo Gutler,informa que la OPS feclicitò a Brasil por eliminar el Chagas.

Comenta que el paìs vecino logrò su cometido en un programa aplicado durante 20 años, mediante el cual destinò a 9000 agentes a un "trabajo de campo" en las zonas afectadas.

En nuestro paìs existe un programa similar, que ocupa a 300 personas, la mayorìa de los cuales son administrativos, el Chagas sigue vivito y colenado, y la tubercolosis hizo su reapariciòn.

La nota se titula elocuentemente "Brasil ya es campeón", y se completa con Brasil 1 Argentina 0. Un gol como ese beneficia a la población. Los goles del futbol nos dan alegría a todos, pero sólo elevan la cotización de los que están dentro de la cancha.

Ojalá, para este Mundial podamos gritar gol dentro y fuera de la cancha.

Porque seguro que "juntos podemos", pero no "todos juntos", algunos tienen que quedar afuera, algunos juegan para los contrarios aunque se disimulen vistiendo nuestra camiseta.