martes, octubre 30, 2018

SILVIO, EL NECIO

Fui a ver a Silvio en Avellaneda.

Es bueno destacarlo.

Fui a verlo, ahora con 72 años. y me doy cuenta que el tiempo pasa, pero no tanto como yo pensaba .

Pienso que en Argentina se lo empezó a conocer, cuando durante la dictadura con los "cassettes hackers" lo difundíamos y así, casi sin propaganda, en 1984, cuando se inició la democracia, el y Pablo Milanés dieron catorce concierto en Obras.

Entonces Silvio no tenía ni cuarenta años siquiera y era una suerte de "hippie cubano", alguien de una generación inmediatamente anterior que apoyaba la revolución, pero sin caer en sus cerrazones y obviedades.

Desde entonces vino varias veces y tanto en 2015, como ahora, terminó con un recital gratuito y al aire libre que son parte de un proyecto que aplica en Cuba, como acá cuando viene de gira.

El espacio destinado al concierto en Avellaneda estaba repleto. 
Los números previos son algo sobre lo que no me voy a expandir, sino destacar que tanto lo de Ferraresi como lo de Atilio Borón fueron un buen prólogo., o mas que eso, fueron excelentes y oportunos discursos.

Cecilia Todd, con un par de joropos anunció la posterior intervención de Silvio, que la presentó.

Silvio contempló sorprendido a la multitud y lo dijo, acostumbrado a experiencias mucho mas modestas en su Cuba natal.

Inició su recital con "Yo te quiero libre", en una agradable versión con acompañmiento de guitarra

Judith, Tonada del libre albedrío siguieron y fueron marcando una comunicación que no era frecuente en Silvio en otras
oportunidades

Le dedicó "La gaviota" a un ex combatiente de Malvinas, volviendo a destacar esa causa tan sentida que siempre se pretende olvidar.

Jorge Bocanera de quien Silvio dijo que lo conocía desde hace 40 años subió a recitar alguno de sus poemas y contar que era de Avellaneda.

No se veía, lógico por otra parte, se lo reclamaron a Silvio a lo que el respondió "salvo Niurka (la ejecutante de flauta y clarinte y esposa de Silvio), los demás somos muy feos, no es para verse".

Contiunó con "Óleo de una mujer con sombrero", "la maza" y unos cuántos clásicos .
Sobre el final, antes de "Ojalá" hizo aquello que empalma érfecto con lo que habían sido las palabras de Atilio Borón y con éste momento, no tan felíz.

Me reifero a "el Necio", poruque sabemos que la necedad parió con nosotros, esa necedad de vivir sin tener precio