lunes, junio 25, 2007

¿ Y ahora qué? parte II (reflexiones posteriores al triunfo de Macri)



De esta segunda inocencia
que da en no creer en nada (Antonio Machado-Las Moscas)

Lo sucedido en la Ciudad de Buenos Aires con el triunfo de Macri obliga a necesarias reflexiones, sobre todo en lo que hace a la interpretación de ese triunfo y en el análisis del para qué de los procesos electorales a lo que nos refiriéramos en otro artículo.
Lo primero es analizar los guarismos a la luz de lo que implican mas allá de una primera y superficial lectura.

Macri triunfó por un 60% de los votos positivos, y Filmus obtuvo un casi 40% de ese mismo universo de sufragios.
Pero si sumamos el voto en blanco, el ausentismo y el voto a Filmus, observamos que en verdad Macri habría sido avalsdo por el 57% del padrón electoral y Filmus por el 43%. .

Si practicamos una nueva desagregación observamos que uno de cada dos votos a Filmus eran "anti macristas" exclusivamente y no "kirchneristas" y que 1 de cada tres votos a Macri eran "anti kirchneristas" y no "macristas".
En suma, una parte del componente del voto a Macri es ingenuamente "opositor", o sea apuesta a la no concentración del poder, y buena parte del voto a Filmus, del voto en blanco, y de los ausentes expresan diferentes grados de disconformidad con el statu_quo político y económico.
La pregunta entonces debe ser desde el "nosotros", y no desde la parte de la sociedad que votando a Macri sigue apostando por valores "menmistas".
¿Y NOSOTROS QUE PODEMOS HACER?
Teniendo presente el análisis anterior, nos damos cuenta que existe un terreno fértil para trabajar, el tema es plantearnos ¿cómo?.
Esa pregunta debe comenzar por el qué debemos descartar, o el qué no debemos repetir.
Para respondernos eso debemos preguntarnos en primer ligar ¿por qué fracasó el progresismo, si es que se lo puede llamar de esa forma?
Podríamos ensayar como respuesta provisoria que en principio fracasó porque no se autodenominó "progresismo" no mostró un rostro verdaderamente diferenciado de lo que venía a cuestionar, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires.
Binner en Rosario, o Sabatella en Morón dan al menos imágen de "buen gobierno", (lo que no significa que respondan estrictamente a valores progresistas).

No fue lo que sucedió en Buenos Aires, mas si se tiene en cuenta que en la "bolsa" del progresismo en algún momento se ubicó a De la Rúa o a Olivera (?), y que la gestión de Ibarra ofreció muchas aristas cuestionables, por una parte, y que en todo momento se "alineó" con el inquilino de turno en la Casa Rosada, manteniendo en materia de tributos municipales la mas inequitativa distribución de todas las ciudades del país.

La otra cuestión es metodológica, el llamado "progresismo" no se diferenció de la vieja política en lo que hace clientelismo y "punterismo" entre los vicios principales que tomó prestados de los partidos tradicionales.

En cuanto a las iniciativas surgidas de la sociedad en muchos casos se vieron abortadas por el oportunismo y el arribismo de ciertos personajes que se encaramaron a ellas para sus propios fines, sobre todo electorales y de corto alcance.

Todo lo anterior da cuenta de que resulta necesario un paciente proceso de reconstitución de confianza, y de "tejido social".

¿COMO RENACEN LOS VINCULOS?

Tradicionalmente se suponía que el Poder era algo que se debía "tomar" como "La Bastilla" o el "Palacio de Invierno".

Hoy se sabe que el poder es un fenómeno complejo que "circula" y que también se "construye" y se "crea".

Aprendamos algo de la derecha. La derecha siempre tuvo el poder económico, luego pasó a tener la hegemonía cultural, y finalmente vía Macri, va también adquiriendo el poder político.

O sea, la correlación de fuerzas comenzó a cambiarla en la sociedad para luego cambiarla en la política.

Primero, imponía por la fuerza dictaduras militares, luego cooptaba a los partidos populistas mayoritarios, finalmente impuso su propia alternativa política, y en el medio conquistó las "mentes" y los "corazones" de una parte importante de la sociedad.

Hagamos lo mismo, empecemos por abajo. Empecemos por las mentes y
los corazones. Empecemos por la sociedad que es nuestro terreno, así como ellos empezaron por la economía que era el suyo, y no nos movamos mas a impulso exclusivo de elecciones y listas electorales.