lunes, diciembre 04, 2006

Parece mentira las cosas que veo. (sobre Gualeguaychú y la movilización de tropas uruguayas)

La frase del título pertenece a la canción "Adiós juventud" de Jaime Roos
En mi país que tristeza (Alfredo Zitarrosa)
Mi padre me decía: No subas al camión,no vayas donde todos si no hay una razòn (Rubén Rada).

Nuevamente debemos referirnos al conflicto que mantiene el pueblo de Gualeguaychú con la pastera finlandesa Botnia que se está construyendo en la localidad uruguaya de Fray Bentos, afectando el ecosistema a ambos lados del Río Uruguay.

Este conflicto es sumamente rico y merece ser analizado con detenimiento, aunque el vértigo con con que se desarrollan los acontecimientos impidan una reflexión profunda y completa.

Es que suele suceder que la acción muchas veces requiere de simplificaciones conceptuales para ser eficaz, aunque en determinados momentos conviene detenerse para no cometer errores que podrían costar demasiado caro.

La escritora Beatriz Sarlo realiza un interesante análisis en el
diario Perfil del día 26 de Noviembre del conflicto, y, en particular de la Asamblea Vecinal que lo motoriza.

Sarlo destaca en su comentario que la Asamblea posee una cualidad que constituye al mismo tiempo una fortaleza y una debilidad. Esa cualidad es la apelación permanente a la democracia directa, o ,mejor dicho a la voluntad de sus miembros y el rechazo a cualquier mediación o liderazgo.

Eso la haría al mismo tiempo "frágil" y "rígida" e intransigente en términos políticos.

Menciona al pasar, y sobre el final de su nota, que en algunos corrillos se plantea la necesidad de enfocar el conflicto hacia la cuestión de la "sobreanía", y no a la de la "contaminación",tras lo cual se pregunta la autora si los que sostienen esos argumentos no terminarán siendo considerados como los "nuevos traidores"

Mientras tanto del otro lado de la frontera Tabaré Vazquez moviliza a parte del ejército uruguayo para proteger a la pastera finlandesa Botnia, y recibe la calurosa felicitación del Ex Presidente Battle.

La cuestión se torna sumamente compleja por lo que conviene analizar las distintas cuestiones involucradas:

En primer lugar debemos analizar la cuestión planteada por algunos asambleístas de trocar las iniciales consignas en contra de la "contaminación" , por otras que se refieran a la defensa de la "soberanía".

Quien escribe estas líneas cree que los Asambleístas que sostienen esta postura están incurriendo en un error.

El gobierno de Tabaré Vázquez está agitando fantasmas del siglo XIX, para apelar a un sentimiento "anti- porteño", que en definitiva justifique la radicación de una empresa multinacional a la que se le confiere inmunidad jurisdiccional.

Esta clase de argumentos es similar a los que suelen sostener los comerciantes que se enojan con los vendedores ambulantes, y que asisten impávidos a la instalación de hipermercados, o a los marginales que envidian las zapatillas que se pudo comprar un trabajador, mientras aceptan la limosna que les dá un empresario dirigente de un club de fútbol.

Se anotan en esta lógica también las apelaciones al "federalismo" de tanto caudillo provincial que vive de la coparticipación sin derramar un sólo peso a sus coprovincianos.

Vázquez utiliza la "soberanía" como excusa, sería absurdo reaccionar en forma de espejo.

¿Que quiere decir entonces? ¿ Que si la contaminación no proviniese de un país lmítrofe, sino de una pastera que se instalase sobre la márgen de un río interior estaría bien?

Los pobladores de Fray Bentos no están heridos en su "orgullo nacional", están necesitados de trabajo, y han caído en la trampa de creer que las pasteras son las que traen la solución.

Les resulta difícil ver cuántos empleos en verdad se pierden con la instalación de Botnia, y cuan efímera es la pequeña prosperidad que reciben. La desesperación lleva a aceptar lo inmediato, y eso sucede en Argentina, en Uruguay y en cualquier parte. Sobre todo cuando no ha podido desarrollarse un proceso de concientización

No todos piensan igual en el país vecino. En este sitio nos referimos a ello en los posts: "Uruguayos, uruguayos,¿dónde fueron a parar?" y en el comentario que efectuara sobre esa nota un lector uruguayo.

La inefable Lilita, acusa a los asambleístas de "patoteros" y manfiesta que ello se condice con la imágen que se suelen llevar los habitantes del país vecino de nuestros compatriotas sobre todo cuando van a veranear a sus playas.

La Señora Carrió que suele combinar argumentos lúcidos y disparatados por partes iguales veranea en Punta del Este, lugar al que suele concurrir en el mes de Enero una fauna de poderosos representativa de lo peor de la Argentina, tan insoportable como sus pares uruguayos de clase alta.Ello para nada alcanza para estigmatizar a la mayor parte de la población de uno u otro país.

Por otra parte tenemos al muy atinado argumento de Beatriz Sarlo respecto a las fragilidades y rigideces de la Asamblea de Gualeguaychú.

Como describe Sarlo en su nota la Asamblea de Gualeguaychú no pudo ser maipulada ni por el Gobernador Busti, ni por aparatos políticos de izquierda, ni ser cooptada por el Gobierno Nacional.

Todo lo anterior parece dar cuenta de los hechos que hicieron fracasar a expresiones similares surgidas en los días de la crisis del 2001/2002.

Pero en este triunfo contra las manipulaciones no se ha superado aún la crisis de representativdad iniciada en el perìdo detallado en el párrafo anterior.

La clase política se mostró incompetente para dar respuesta a los reclamos de los vecinos entrerrianos, como ya intentamos explicarlo en el post "Los Salieris del Pueblo".

En verdad el tema de las pasteras, o el de la contaminación ambiental no figuraron hasta ahora en la agenda política.

Ello fue así porque la agenda política se reduce a la agenda electoral, y por ende a la agenda mediática, y el sistema político es un archipiélago de islas con proyectos individuales que oscilan entre el enriquecimiento personal o el simple hecho de "flotar", dependiendo del grado de honestidad personal de cada quien.

Cortar la ruta es para los vecinos de Gualeguaychú comenzar a existir, y hacer oir su reclamo. La desconfianza y la falta de dirigencia es lo que impide constituir un programa que vaya mas allá de un reclamo puntual y permita adoptar tácticas flexibles sin resignar principios.

Por lo pronto, y como diría Jaime Roos : "Parece mentira las cosas que veo".

Tabaré Vazquez moviliza tropas, y lo aplaude Battle. Si el mas allá existiese, tal vez desde algún lugar esté aplaudiendo Leopoldo Fortunato Galtieri y Líber Seregni se esté avergonzando.

Para ilustrar este post un video sobre coimas pagadas por la Empresa Botnia para que no haya manifestaciones en contra en Fray Bentos

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