miércoles, mayo 06, 2009

Gabriela y Aníbal o preferencias del electorado porteño


¿Qué sentido tienen las elecciones en la Capital?

Mucho y muy poco al mismo tiempo.

Es muy poco, porque como suele decirse "el país no termina en la General Paz", y, la Capital, suele ser el "distrito díscolo" que vota distinto al resto.

Sin embargo es al mismo tiempo "mucho", porque es mas de una oportunidad ese "voto díscolo" ha marcado tendencia y ejemplos sobran:

En la Capital no obstante ser un distrito contrario al peronismo, se votó a Cámpora o a Erman González. cuando en circunstancias casi opuestas una u otra variante del justicialismo pasaron a imponerse ampliamente en todo el territorio argentino.

En Octubre del 2000 se votó masivamente en blanco, y se consagraron a algunos "impensables" candidatos de izquierda como Luis Zamora, o Patricia Walsh cuando se anunciaba la explosión del 2001.

Por lo tanto, interesa indagar en esta nota si es que ese electorado es en verdad tan cambiante e impredecible como acostumbra a pensarse, o, si en verdad, se trata de un electorado en el que parecen repetirse ciertas constantes.

Se dice que no vota "programas" que carece de ideología, pero un "imaginario" representa en buena parte una ideología, y por ende una agenda temática, de lo que se puede inferir un "programa" (Castoriadis ha dicho bastante al respecto).

En una reciente nota del Diario Página 12, José Natanson, realiza a mi juicio un acertado análisis acerca del consenso que se genera alrededor de la figura de Gabriela Michetti.

Siendo sintético dice Natanson que Gabriela es joven en un momento en que se pondera a la juventud como un valor sistémico y no antisitémico como podría serlo en los 60 y los 70.

Agrega que Gabriela es mujer en momentos en que la participación del género femenino aumenta en las cuestiones públicas, que asimismo su drama personal la hace aparecer como alguien que "se supera a sí misma", y que por otra parte no deja de advertir que se trata de una profesional ABC1.

Es que Gabriela no se formó con Alsogaray, sino con Carlos Auyero, por lo que cuando ingresó a la Legislatura, buena parte de los "Frepasistas" decían que "esa nueva legisladora" era en verdad de los "nuestros".

Gabriela puede hablar contra la exclusión, de la "ética", del "humanismo", en un discurso que nada difiere del centro izquierda.

Menciona inclusive la "distribución del ingreso", latiguillo que de tan repetido se ha tornado vacío.

La pregunta que nos hacemos es del lado del electorado mas que desde el de los candidatos. ¿Valora cosas distintas o similares cuando vota a Michetti o a Ibarra el electorado porteño? ¿Son valores progresistas o conservadores?

Tomemos el ejemplo de Ibarra para compararlo con Gabriela en cuanto al imaginario de la clase media que los ha votado.

Ibarra fue votado en su momento porque era un joven fiscal, que había hecho todo demasiado rápido desde su paso por el Juicio a las Juntas y su participación en ciertas causas de derechos humanos.

Su oposición al indulto le dio prestigio y su fotogenia hizo que los medios le sonrieran.

Siempre enfatizó el hecho de haber estudiado en el Colegio Nacional Buenos Aires, lo que le da un cierto tinte ABC1 aunque a su vez hiciera ostentación de cierta "austeridad".

Era "play boy", aunque sus aventuras se difundieran con una discreción distante del grotesco que por aquellos años protagonizaba Carlos Ménem.

Su primer campaña la gana enfermo de fiebre reumática desde la cama, y su consagración se produce a raíz de una resonante denuncia contra Matilde Menéndez a propósito de los "retornos" del PAMI.

Era antes que nada un "fiscal", aún después de haber abandonado la función, por lo que sus causas, fuesen éstas relativas a la represión ilegal o a la corrupción, aparecían indiferenciadas.

Este denunciante no era empero un denunciante "antisistémico", sino el necesario "corrector" de las inequidades del sistema ( o menos aún del "modelo"), al que se percibía como virtuoso,

Estas "iniquidades" eran para el electorado porteño antes que nada hechos "anómalos" de "corrupción".

Lo mas anti sistémico de su curriculum, como su paso adolescente por la Federación Juevenil Comunista pasaba desapercibido para la masa de votantes ( la Presidenta es peyorativamente identificada como "montonera"mientras que a Ibarra nunca lo identificaron los mismos sectores como "comunista") .

Era la parte bella del modelo que contrastaba con la "bestia" que por aquellos años podían simbolizar Ménem o Cavallo.

En eso se diferencian del tándem Michetti/Macri que reúne en ambos términos de la ecuación a la "bella y la bestia".

La "bestia" que "despacito y en silencio está desalojando gente" (al decir del Jefe de Gabinete Rodríguez Larreta) y la "bella" Gabriela que habla de "inclusión social" sin practicarla Dr Jeykill y Mr Hyde reunidos en un sólo equipo.

Es que no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que "la bestia" anida en el inconsciente colectivo del medio pelo porteño y que la "bella" leigitma esa "mala conciencia" .

El tandem Macri/Gabriela les brinda a los votantes la posibilidad de apelar a los mas bajos instintos y redimirse al mismo tiempo.

Pero ¿qué resultados concretos de gestión influyeron en la destitución de Ibarra, y en la confirmación de Macri?

En el caso de Ibarra lo primero que surge es Cromañón.

Sin embargo los padres de Cromañón parecen haber sido percibidos por los porteños antes como una molesta presencia suburbana que como justiciables que reclamaban justicia.

Buena parte del electorado porteño veía en Ibarra a una víctima a la que el matrimonio Kirchner le "había soltado la mano" antes que a un responsable político de una catástrofe.

De allí a que pese a su destitución se mantenga en un 15% de intencion de voto, ello sin evaluar el reciente traspie mediático comentado en un post anterior.

Otros hechos de gestión no se reprochaban, los reproches corrían por cuenta de activistas con un grado de información superior al promedio de la gente.

En cuanto a Macri tiene una fama de "eficiente" que no se condice con los resultados concretos de su gestión

La subejecuión de buena parte del presupuesto es conocida y la ausencia de siquiera obras de infraestructura importantes, reemplazadas por un interminable y ostentoso "bacheo" es también conocida y contraria a su reputación de "hacedor".

Es que en un disitrito en el que el 47% de la matrícula primaria es privada, y en la que la matricula publica es ocupada por sectores provenientes del conurbano resulta difícil saber que se espera del Gobierno de la Ciudad en materia educativa por citar sólo un ejemplo de un servicio básico en manos del Estado municipal.

Lo propio puede decirse en materia de salud, ya que el ciudadano de la Ciudad de Buenos Aires no es el principal paciente en sus hospitales públicos.

La relación con la Ciudad se da en tanto contribuyente principalmente, materia en la que las posturas recaudatorias "duras" resultan políticamente inconvenientes.

¿Qué se vota entonces?

Se vota capital simbólico e ideológico.

Y es aquí donde se advierte que el voto por Anibal o por Gabriela (y podríamos agregar por Lilita) no difiere sustancialmente:

A título de ejemplo podemos advertir lo que sucedió en momentos muy diferentes con el voto capitalino y observaremos que existe un hilo conductor.

En 1973 ganó Cámpora, y luego Perón como en todo el país ¿Por qué? ¿Se aspiraba a la revolución o a garantizar gobernabilidad?

En la segunda vuelta del 73 ganó De la Rúa frente a Sánchez Sorondo, un nacionalista católico con reputación de hiper conservador y fascistoide.

En 1993 ganó Erman González, en parte ante la debacle radical que no podía ofrecer mejor alternativa que la candidatura de Martha Mercader, y ante el crecimiento de Chacho Alvarez que se desarrollaba básicamente a expensas del voto radical.

Un año después, para la constituyente ganaba ampliamente el Frente Grande, pero entre De La Rúa y Laporta el consevador electorado porteño prefirió a De La Rúa.Una de las primeras normas de la recién creada Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires fue el "Código de Convivencia" atendiendo a un mandato constitucional, y antigua reivindicación de la sociedad argentina: La derogación de los edictos policiales.

Sin embargo el lobby policial fue logrando retrocesos que vaciaron de contenido a la norma so pretexto de "los travestis" y de la "inseguridad".

Esto se corresponde con el aplauso que brindó sobre todo la sociedad porteña a la renovación de la Corte Suprema, pero no a sus pronunciamientos.

En suma : corrección política e injusticia social.

Gabriela, Aníbal y Macri simbolizan eso mas allá de sus respectivas voluntades.

Desalojar, expulsar "despacito y en silencio" pero expulsar al fin.

En definitiva Dr Jeykill y Mr Hyde

Este es el terreno, resta analizar cual es la forma mas eficaz y valedera para actuar allí de acuerdo a principios que no son los predominantes


































































































































































































































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