miércoles, marzo 26, 2008

Reflexiones apuradas (sobre el campo y los "piquetes de la abundancia"

La ventana tenía n aspecto muy norma, pero cada día sentimos que se agita más (canción del grupo de rock Aquelarre en 1972)


Partamos de una base:

Es evidente que esa no es nuestra plaza. Esta afirmación obvia cualquier otra.


La participación de sectores, medios y altos, el muchacho que clamaba por el "basta de divisiones entre pobres y ricos", como si no hubiese intereses contradictorios, en fin esa espontánea irrupción de gente de sectores acomodados que se trasladaban mentalmente a los años 50, rechazando el discurso "peronista" de la Presidenta, nos incita a no estar allí.


Tampoco nos seduce formar de una suerte de "policía alternativa" que han formado los grupos de DÉlía y otros, como si estuviesen defendiendo una revolución contra la oligarquía, que fueron a "desalojar" la plaza para que los uniformados no tuviesen que hacer el trabajo sucio.

Estos últimos y pequeños grupos le hicieron un "flaco favor" al gobierno dando la patética imagen de una patota mercenaria que se enfrentaba a una "multitud espontánea"

No están defendiendo una "revolución", no desaparecieron los pobres, el mismo discurso de la Presidenta lo certifica:

Ella le reprocha al campo que fue el sector que mas rentabilidad obtuvo, que el sistema tributario es regresivo y está basado en el IVA, que por tanto son los mas pobres los que soportan la estructura de costos.

Todo cierto, lástima que no es la titular de una ONG sino la Presidenta de la República.

Del otro lado se encolumna espontáneamente y al estilo de las "cyberturbas", una multitud espontánea azuzada básicamente por su oposición al gobierno.

A algunos porque les recuerda al peronismo, esa gente no se quedó en los 70, sino en los 50. Se han creído que Cristina es Evita y que éste es un gobierno del estilo del de Chávez.

Es la confusión de cierta clase media que hoy se identifica con los escalones mas altos de la pirámide social, así como en el 2001 parecía solidarizarse con los escalones mas bajos.

A ese inconsciente "gorila" suele apelar Elisa Carrió en su discurso

Sería fácil esquematizar todo con la película de cowboys identificando en qué lugar está los buenos y en que lugar están los malos.

Lo cierto es que la permanente para con los chacareros los encolumnó con los grandes del campo, que en las ciudades se reacciona de forma conservadora, pero también se rechaza la soberbia, el gesto admonitorio, el insulto a la inteligencia.

Eso de que hoy la sociedad se complejiza y adopta el formato de redes distribuidas no es entendido por buena parte de la clase dirigente que sigue comportándose como si no estuviera en el siglo XXI.

El ansia de ganancia de los grandes es ilimitada, debe el Estado ponerle freno como lo hace en cualquier país que no quiera auto destruirse.

Las retenciones deben aplicarse, pero en forma progresiva, sin afectar a los mas débiles, y no simplemente para hacer caja, para sostener un superávit fiscal injustificable, mientras el hambre pervive, y las oportunidades para el país con inmejorables.

El poder fluye, es una ingenuidad creer que cuatro personas pueden contenerlo.

De un lado ¿están los poderosos? No todos, no están por ejemplo la UIA y los poderosos de la Industria. Están los chacareros que no representan a los poderosos de ese lado.

¿Del otro los autoritarios? Buena parte de los que protestan no sacaban antes las camionetas sino los tanques del ejército, es lo que hoy no pueden hacer.

¿Dialogar? ¿Escuchar? Obvio. El discurso "heroico" , "épico" llega al patetismo en este contexto (ya lo expresamos en el post anterior).

El costo de disentir no puede ser elevado. Los que están en contra no son todos "gorilas", lo que están a favor no son todos corruptos. Los que están en contra no son todos democráticos, los que están a favor no son revolucionarios ni "héroes"

1 comentario:

Sebastián dijo...

Hace mucho que no pasaba por aca, pero acabo de ver los edukadores y todo el tiempo pense en este blog. asi que bueno, paso a dejar mis saludos y mi apoyo, siempre.
un abrazo,
sebastian