Parece que es la época de los herederos millonarios que malgastan la fortuna de papá.
Todos los días la TV suministra imágenes del patético Ricardo Fort, pero otros casos similares ocupan hoy activas posiciones políticas.
El AMBA a ambos lados del Riachuelo y de la General Paz es gobernada por dos personajes de ese porte.
Un tercer personaje de esas características, Franciso De Narváez, tiene aspiraciones de ser Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Este Señor, como buen niño rico y consentido, parece no tener límites, y anuncia en el Diario Perfil, que se le podría hacer juicio político a "los Kirchner", por "corrupción".
Lo dice la misma persona que admite en forma obscena que evade impuestos ante las cámaras de televisión, y que da entender algo similar en la misma entrevista, ya que no pude explicar sus incrementos patrimoniales, ni a que se dedican sus empresas.
Pero aparentemente eso no importa en este querido país maniqueo que cada vez que decide, con el inevitable auxilio mediático, que existe un "malo", nada bueno puede surgir de él, y todo lo que a el se oponga es "bueno".
Los "males" de los "buenos" son minimizados, y cuando resultan evidentes se ocultan tras el "son todos corruptos".
El "mani pulite" de Italia fue un proceso saludable,pero convengamos que no eliminó la corrupción y con Berlusconi los resultados están a la vista.
Por lo tanto los procesos que se desatan suelen ser temporarios, selectivos y perversos.
La corrupción resulta así una excusa funcional, un pretexto para el intercambio de figuritas, o para desbancar a alguien que por algún motivo resulta molesto.
Puede tratarse de alguien que ha afectado poderosos intereses, como lo fue Perón, o de alguien que ya no resulta eficaz para los propósitos de las minorías, así pretenda satisfacerlas como es el caso de Isabelita o de De la Rúa.
Y cuando no se puede esgrimir el latiguillo de la corrupción se argumenta "ineficacia" como en el caso de Illia o de Alfonsin.
Los poderes fácticos, profundamente anti democráticos, así no cuenten con los tanques siguen con otras estrategias como lo vienen demostrando desde 1983 a la fecha, período en el que nadie, salvo Ménem, o Kirchner, ha concluido su mandato.
Cada golpe institucional, como cada golpe militar en el pasado, por otra parte, concluyó con una brutal acumulación en beneficio de los pocos amos y señores de la economía real.
Así la salida forzada de Alfonsin con la hiper-inflación dio paso a las privatizaciones y al saqueo del patrimonio nacional, o el helicóptero de De la Rúa a la hiper-devaluación, tal como sucedía en el pasado con los golpes militares.