martes, junio 17, 2008

Confusiòn y cacerolas


No puede ser que sobre el funeral de una chacra se construya un centro de salud (Elisa Carriò).

Esto se escribe en medio de un impresionante operativo mediàtico que muestra supuestos cacerolazos extendidos a lo largo y a lo ancho del paìs, aunque la cámara nunca parece retirarse de Cabildo y Juramento.


Un ejemplo de ello es que se dijo que en El Cid Campeador, y en Plaza Irlanda había multitudes, y si bien es verdad que se escuchaba el golpeteo de los utensillos domèsticos, al poco tiempo Gaona se veìa tan abandonada como cualquier dìa a la noche, y se escuchaban, eso sí, los bocinazos de algunos automòviles.


Mientras tanto los canales de TV ofrecen en formato de corta y pega una serie de imàgenes superpuestas y patèticas.


DÀngeli, por ejemplo, es reivindicado por el heredero de Josè de Zer, Julio Bazàn, acompañado por el montaje de su "detenciòn" y posterior "liberaciòn", como si fuese una suerte de Peròn posmoderno, tras forcejeos con la Gendarmerìa que quien haya conocido las represiones de este paìs nota que distan mucho de ser de las mas violentas, o de tratarse siquiera de represiones.


Allì tambièn està D ´Elìa con sus caracterìsticos exhabruptos llamando a la Plaza en el nombre del artìculo 21 de la Constituciòn, precedido por absurdas manifestaciones en esa misma plaza, con la concurrencia del Ex Presidente Kirchner y de algunos funcionarios que sòlo dan muestras de una patètica debilidad.


La Señora Mirtha Legrand, entre tanto, convocò a todos los dirigentes del campo. Allì en ese programa pronunciò Elisa Carriò la frase del epìgrafe y agregò "Cuando el campo quiere hacer sus ideales de clase media ¿Por qué quieren privarlo?".


De allí se deduce que és lo que produce identificación


El programa de Mirtha no se iba a emitir, y se emitió especialmente para la ocasión.


La cadena de mails se lanzó una y otra vez, y sólo prosperó el lunes.


Pero también es forzoso decir que este es un Gobierno que no se deja ayudar.


La incalculable suma de torpezas ocurridas desde el inicio del conflicto no ha hecho mas que alentar que los cacerolazos fueran in crescendo.


En primer lugar, resulta claro que este es un gobierno que no permite ser ayudado.

No permite ser ayudado porque ente otras cosas ha instaurado un estilo de gestión paranoico que impide hacer trascender las decisiones mas allá de un círculo minúsculo.

El estilo presidencial ha sido receloso de todo aquel que podía "hacerle sombra" con consecuencias tales como perder la Capital Federal, o dejar la Provinicia de Buenos Aires en manos no demasiado fieles.

Nadie puede explicarse por qué fue deshauciado en su momento un candidato con posibilidades como Felipe Solá en favor de Daniel Scioli, cuyos credenciales menemistas son elocuentes.

De la misma forma y por razones análogas dejó a la Ciudad en manos de Mauricio Macri.


Es también significativo que tras haber favorecido a los pools de siembra y a la reprimarización de la economía, pretenda aumentar las retenciones y en un primer momento trasnformarlas en móviles descargando el peso en los mas chicos del campo.

La sospecha generalizada es que esa medida no respondió a ninguna cuestión de ansia redistributiva, sino a una mera cuestión de "caja".


Sin embargo, aquello que hoy genéricamente se conoce como "el campo" no venía pidiendo desde antes de marzo reducir el monto, sino la lisa y llana abolición de las retenciones.

Carrió que siempre había abogado por la eliminación del tributo, decíaque con retenciones del 27% se podía otorgar un ingreso universal por hijo de 200$ " que garantizaría escolaridad y alimentación a los niños", una curiosa afirmación de parte de quien critica, no sin razón, las cifras inflacionarias adulteradas del INDEC.

Por otra parte a las "cyberturbas" que organiza apelando a nuevas tecnologías y mecánicas de red la oposición, el gobierno responde en efecto espejo, mediante la lógica de los aparatos, lo que lo deja ostensiblemente mal parado.


El Señor Biolacatti, Vicepresidnete de la Sociedad Rural, por otra parte, se une a los manifestantes de Olivos como "vecino de la zona".


Olivos no es precisamente una zona rural. Esto demuestra que los dueños del campo distan mucho de ser hombres de campo, desde la época de los "rastacuers", a los que tantos tangos le cantaron.


Pero el rechazo a políticas inadmisibles se hace en cierta clase social, apelando a polìticas mas inadmisibles aún.


Serìa bueno debatir pùblicamente que significan las retenciones, que significa la sojización del paìs y en manos de quienes estàn nuestros recursos naturales.


Serìa bueno discutir en manos de quien està nuestra riqueza.


Eso nos incitarìa a la reflexiòn, lo otro es reiterar movimientos espasmòdicos que esta sociedad repite y repite en forma espiralada y descendente.