Venimos constatando que una era está muriendo.
Hace no mucho se fueron Saúl Ubaldini y Herminio Iglesias. Hace no tanto Lorenzo Miguel, hoy se fue Bernardo Neustadt, todo un formador de opinión en la Argentina.
Igual que con Carlos Menem, nadie admitía quererlo, pero buena parte de la población tomaba al pie de la letra sus argumentaciones simples, contundentes y reaccionarias.
Neustadt había nacido en Rumania, lo que hizo que no pocos lo asociaran con el Conde Drácula en 1925.
De muy niño se mudó a La Plata y fue internado pupilo en un Colegio Religioso de la Ciudad de las diagonales que aún conserva el banco en donde se sentaba cercado con un precinto para que nadie ocupe su lugar.
No es lo único que conserva ese colegio marista, también allí se recuerda a los "blandengues" y a otros regimientos de la época de la colonia. con cuyos uniformes se hace desfilar a sus alumnos cada vez que se recuerda una fecha patria, como si esos uniformados no hubiesen sido aquellos a los que los patriotas enfrentaban en los primeros años de nuestra vida nacional
En ese ambiente de abandono familiar y de filosofía medieval se educo Bernardo hasta que a los 14 años comenzó a trabajar en el Diario El Mundo.
Allí comenzó su carrera periodística e inició una tradición en Argentina, la del periodista deportivo que deviene periodista político, y luego opinador de toda clase de cuestiones.
Fanático de Racing Club, comenzó a escribir en la revista de esa institución. Allí tomó contacto con su Presidente Cereijo, y, por esa vía con el Vicepresidente Tessaire, un marino que una vez derrocado Perón pasó del lado del movimiento que lo depuso.
Son de esa época sus crónicas parlamentarias que firmaba con el seudónimo "El Ratón de la Rotonda" en las que exhibía un marcado oficialismo peronista.
Durante la Revolución Libertadora Héctor J Cámpora lo recordaba reciclado en las Comisiones Investigadoras, cuyos interrogatorios el Ex Presidente había tenido que soportar.
En los 60 inició su carrera televisiva y conformó un dúo histriónico- periodístico con Mariano Grondona, con quien realizaron el programa Tiempo Nuevo.
Fue por esos años que Bernardo, que también dirigía la Revista Extra, comenzó a transformarse en una suerte de personaje del Jet Set, alternando farándula con opinión política.
También por esos años comenzó a convertirse en un certero barómetro de la proximidad de los golpes de Estado, lo que era fácil de detectar a partir de sus críticas al gobierno constitucional de turno, que concluían, por supuesto, con las loas que le prodigaba al dictador de turno.
En 1973 comenzó a recordar su pasado peronista,( a diferencia de su coequiper Mariano Grondona que nunca abandonó su furibundo anti-peronismo), postura que por supuesto mutó en su militancia en pro del golpe de Estado tras el fallecimiento del viejo líder.
Allí comenzó a batir records de macarthysmo con sus prédicas anti- subsersivas y con la instalación de nefastos y efectivos lugares comunes que se hicieron célebres en la opinión pública argentina tales como "algo habrá hecho", o "¿Usted sabe dónde está su hijo en éstos momentos?". Era una época de terrorismo de Estado, de desapariciones, de secuestros, todos sabemos que significaban esas palabras.
En esos recordables programas solía invitar al piso a jóvenes pulcros, y bienpensantes, para mostrar un paradigma de juventud distante de aquel al que la dictadura estaba persiguiendo.
Era habitual por entonces apodar "Neustadt" al clásico "chupamedias" del colegio.
Festejó los triunfos de Thatcher y de Reagan (de la primera dijo Dicen que Gran Bretaña está en decadencia, pero...!Que calidad para decaer!), por lo que se lo vio incómodo al tener que apoyar la Guerra de Malvinas en contra de los designios de ambos un par de años después.
Festejó ruidosamente frente a cámaras aquello que dijo Galtieri acerca de que "las urnas están bien guardadas".
Cuando Joan Manuel Serrat volvió a dar recitales en la Argentina, tras haber sido prohibido en los años de dictadura, fue a verlo en el Luna Park, por lo que recibió una estruendosa silbatina.
Al día siguiente en el noticiero de Canal 13 se quejaba de que "por no tener la ideología del cantante no tenía porque soportar lo que decía un grupo de inadapatados" a lo que el Nano respondió: "Parece que los inadaptados eran como catorce mil".
Desde su programa, junto a su partner Grondona, se manifestaban a favor de Alfonsin como "mal menor" durante la campaña electoral en consonancia con Álvaro Alsogaray.
Pero fue después del triunfo Alfonsinista que Bernie fue al Hotel Panamericano, donde Alfonsín tenía instalado su cuartel general antes de asumir la presidencia, a rogarle que lo dejara en el aire (entonces los canales de Tv eran todos estatales).
Desde ese momento, y en consonancia con el sentido común imperante en el mundo durante los 80, comenzó a realizar una eficaz campaña en pro de las privatizaciones de las empresas del Estado..
Con sus frases cortas y eficaces, abonaba en favor de un nuevo "sentido común" que enfrentaba pobres contra pobres, como por ejemplo cuando el trabajador ferrioviario o del transporte pasaba a ser "culpable" si otro trabajador perdía su premio por presentismo, si es que adoptaba una medida de fuerza.
Por esos años también recibió un inocente balde de engrudo de parte de trabajadores telefónicos que fueron a pedirle el derecho a réplica que él no concediera a la salida de su programa de radio. Ese episodio fue magnificado por Neustadt a punto de relatarlo casi como si fuera un atentado.
Los despidos, los consecuentes suicidios, que provocó la adopción de su prédica, demuestran que el "balde de engrudo" era algo mínimo al lado de aquello que hacían las empresas para los Bernardo hacía lobby: "Esas empresas a las que les interesa el país".
El dúo que integraba con Grondona, en el que a él le tocaba el rol de "hombre común" que miraba embelesado al "Profesor oligarca" se disolvió a principios de los 90.
Es que mientras que Bernardo elogiaba sin ambages todo lo que hacía Ménem (quien siendo Presidente llegó a reemplazar a Neustadt en la conducción de su espacio televisivo una vez), Grondona había comenzado a distanciarse elogiando el "modelo" pero denunciando la "corrupción".
El entonces ascendente Chacho Álvarez decicidió no concurrir a su programa acabando con el mito de que todo candidato debía rendir examen ante él.
De allí en mas comenzó su decadencia, pero ya había dejado muchos hijos.
Esos hijos periodísticos están entre los que abiertamente adoptan su ideología y esos otros que dicen tener la ideología contraria.
El instaló aquello de reemplazar el periodismo por el show, de utilizar frases cortas y contundentes en reemplazo del pensamiento medianamente elaborado, las "operaciones" en las que inclinaba groseramente la cancha, tendiéndole malintencionadas trampas a los que deseaba destruir (se recuerda por ejemplo todo lo que hizo para desacreditar la recuperación de la nieta de Darwina Galiccio, la primera que encontraron las Abuelas de Plaza de Mayo), aquello de apelar a Doña Rosa en favor de "las empresas a las que les interesa el país", y hasta la costumbre de constituir dúos periodísticos como lo fueron o lo son Haddad y Longobardi, y Bonelli y Silvestre.
El mundo de hoy es el que Bernardo quizo en cuanto a la progresiva concentración del poder y la riqueza, pero no en cuanto a la hipócrita moralina que predicaba.
En los últimos tiempos aparecía al lado de Cecilia Pando, y otros abiertos apólogos de la dictadura militar incurriendo en el ridículo, lugar del que se dice que no se vuelve.
Desde el sábado 6 de Junio (ironías del destino día del periodista también), Nesutadt partió a otro lugar del que tampoco se vuelve, tras haber escrito el día anterior una muy elocuente nota en apoyo del campo.
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